Capítulo 1

3.5K 132 7
                                    

Era la décima Navidad que pasábamos en aquella casa. A mi familia no le parecía importar estar encerrados sin poder salir, en cambio a mi me parecía una cárcel, sin poder hablar con alguien de mi edad o poder ir de compras, antes lo detestaba pero ahora lo echo de menos, echo de menos cualquier cosa que no puedo hacer. Es curioso como tenemos que perder las cosas para darnos cuenta de lo que nos importaba.
Mi madre estaba sentada en el sofá con mi hermano pequeño cantándole una canción que no conocía, mientras que mi padre ponía cuidadosamente los adornos de navidad en el árbol con el mismo orden de siempre. Yo estaba en el suelo dibujando y mi padre no paraba de insistir en que le ayudara, así que cogí mi cuaderno de dibujo y subí las escaleras hasta llegar a mi antiguo cuarto. Encendí mi portátil y puse un álbum aleatorio y seguí dibujando.
Cuando fui a dejar el cuaderno tropecé con una caja que me resultaba familiar. La abrí y encontré lo que esperaba, allí estaban las cuchillas que me hizo guardar Tate para siempre, le prometi que no lo volvería hacer pero necesitaba sentir algo, no podía seguir así. Siempre cumplo mis promesas pero esta... Además, después de lo que le hizo a mi madre no tenía porque hacerle caso, así que bajé sigilosamente las escaleras para evitar preguntas, entré al labavo y cerré la puerta con pestillo.
Aquel lavabo tenía demasiada historia y me pareció sentir añoranza al recordar la primera vez que ví a Tate en aquella habitación. No podía ser, tenía que olvidarlo, si pude esquivarlo durante diez años puedo borrar nuestros recuerdos.
Sacudí la cabeza y dejé la caja sobre la pica, puse un mechón dorado detrás de mi oreja y cogí una de las cuchillas que se hallaban en el interior. La deslice suavemente por mi muñeca intentando hacer un corte profundo, pero nada, no sentí absolutamente nada. Hice otro, y otro, y todo seguía igual. Levanté la vista y me miré al espejo y ví que no estaba sola. Tate se encontraba a mi lado con cara de pocos amigos.
-Me prometiste que no lo volverias hacer. Con esto no resuelves nada, además ya estas muerta.
-¡Sólo necestiba sentir algo! Llevó demasiado tiempo viviendo la misma rutina una y otra vez.
-Violet volvamos a intentarlo, por favor.
-Tate, no llevo esquivándote diez años para que ahora vengas aquí y me sueltes esto como si nada. No voy a olvidar lo que le hiciste a mi madre. Joder, es que la violaste y la dejaste embarazada.
-Pero eso fue antes de que me gustaras, no puedo estar sin ti Violet, nada es lo mismo desde que me dejaste.
Al oír eso me quedo sin palabras. Y de repente cogió una toalla, la mojó y limpió las heridas de mi muñeca, y acto seguido me susurra:
-Prometeme que no lo volverás hacer.
Me recorrió una escalofrío por toda mi espalda y tragué saliva.
Tate al ver que no respondía me acarició el cuello y en ese momento volví a la Tierra y asentí. No se porque se lo prometo, cuándo estoy con el todo es diferente y de una manera u otra siempre consigue lo que quiere.
El momento en que limpia mis heridas es muy incómodo, nadie de los dos habla y el de vez en cuando levanta la vista para mirarme a los ojos.
Cuando mis heridas ya están limpias me levanta del pequeño banco que esta en frente del labavo y sin despedirse se da la vuelta y se va, pero antes de que consiga abrir la puerta le detengo y le beso. Es la primera vez en diez años que siento algo, es una sensación que echaba de menos. Esa manera de cojerme de las caderas y apretarme contra el me dejaba sin aliento.
De repente para de besarme y dice:
-A sido una mala idea.
Y desaparece dejándome sola en aquel lavabo donde las paredes se me hacían cada vez más pequeñas.

American Horror Story [Murder House]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora