American Horror Story [Murder House]

Capítulo 9

Constance se encontraba en un rincón de la cocina donde a pesar de la casi la total oscuridad pude distinguir sus ojos llenos de desesperación y dolor.
-¿De que se trata?-pregunté con un hilo de voz.
-Es Tate, me preocupa mucho su inestabilidad mental. Contigo siempre está alegre a pesar de vuestros baches pero en el fondo se siente vacío y se que poco a poco el mal le está consumiendo, y no quiero que de una manera u otra se vuelva a repetir lo del instituto.
Al escuchar esas palabras vinieron a mí un cúmulo de sentimientos e imágenes de lo ocurrido en aquel recinto que hicieron que se me erizara el bello, no quería recordar ese lado de Tate.
-Solo quiero que lo vigiles y lo cuides, sé que tú le puedes volver hacer completamente feliz.-al decir esto su rostro de iluminó de esperanza y provocó pena en mi.
-Haré lo que pueda pero...
-Por favor, ayudale.
Constance se fue al prometerle que lo vigilaría, no entendía a qué venía todo eso después de tanto tiempo, pero no me producía muy buenas vibraciones. Al momento decidí descansar en el sofá, había sido un día lleno de emociones que solo acababan de empezar. Mis ojos se cerraban poco a poco hasta que me sumergí en una total oscuridad.
A la mañana siguiente escuché que Dylan había puesto uno de mis CD's de guns'n roses y fui a seguir con el plan de mi madre.
Era un chico bastante atractivo con el que compartía la mayoría de mis ideologías y pensamientos.
-Buenos días Violet.
-Buenos días, ¿Qué vas hacer hoy?
-Pues supongo que explorar un poco la casa ya que ni siquiera la he visto entera.
-Si quieres puedo enseñártela, después de diez años aquí me la conozco demasiado bien.
-Por mi encantado pero si no te importa me gustaría cambiarme.
Estaba tan distraída que no me había fijado en que llevaba únicamente unos pantalones anchos que dejaban su torso al descubierto. Me puse roja de vergüenza y fui a esperarle a la cocina.
Solo tardó dos minutos. Bajó con unos pantalones negros ajustados, una camiseta ancha blanca con el cuello en pico y una cazadora negra.
-Ya estoy listo, ¿Empezamos por el jardín?
Asentí y nos dirigimos a la parte trasera de la casa donde tanto me gustaba ir, él parecía muy sorprendido y se dejó caer bajo la sombra de un árbol, acto seguido saco un paquete de tabaco y me ofreció un cigarro, así que se lo agradecí y me senté a su lado.
-Sabes, puede que esta ciudad me ayude.
-¿Ayudar a que?
-Mi familia y yo nos tuvimos que ir de nuestra antigua casa porque el pueblo entero odiaba a mi padre. El trabajaba en el banco, pero un día sus superiores decidieron estafar a todo el mundo y quedarse con todo el dinero, y los ciudadanos la tomaron con mi padre, que era el responsable de aquella oficina. Al principio solo eran insultos pero al cabo del tiempo venían a nuestra casa y la destrozaban cada día más, hasta que un grupo de hombres que lo habían perdido absolutamente todo por culpa del banco decidió entrar y violar a mi madre de mientras que mi padre y yo mirábamos.
Se me heló la sangre al oír esas palabras, no sabía qué hacer ni qué decir, hasta que el se dio cuenta de mi cara y dijo:
-Eres a la primera persona que se lo cuento, no hace falta que digas nada, esto tampoco a sido reciente, hace cinco años de esto, lo que pasa es que nos fuimos a vivir con mis abuelos porque no teníamos a donde ir, y poco a poco nos estamos estabilizando. Pero no hay ni un día en que no piense en que les haría a esos hijos de puta, jodieron a mi familia y ni si quiera sé quiénes son.
Sus palabras estaban llenas de rabia y de dolor, así que lo único que se me ocurrió en ese momento fue acercarme más a él y abrazarle. Estuvimos así unos minutos hasta que Dylan se calmo y me miró a los ojos, pero aún seguíamos abrazados y no sé cómo había acabado encima suyo. Tenía unos ojos azules preciosos que transmitían tranquilidad a cualquiera, y sin darme cuenta me perdí en ellos. Hasta que noté que su mano posada en mi rodilla ascendía poco a poco por debajo de mi falda.