— Damiano abre los ojos y explora con la mirada aquel sitio que le resultaba familiar, le recordaba a su hogar solo que este era una versión liminal y con muchas cortinas delgadas que solo dejan pasar algo de luz a ese lugar de solo camas con tonos rosas y salmón. Empezó a experimentar una sensación de "lucha o huída" por el sentimiento que le provocaba ese lugar, sobretodo los rincones más oscuros de este que, le hacían sentir que había algo observándolo con ganas de algo, pero no sabía bien qué. A su mente vinieron recuerdos de un hermano pequeño y un padre a pesar de no tener indicios de su existencia por ningún lado.
Antes de que pudiera centrarse en encontrar respuestas a sus recuerdos (y falta de) escucha la puerta al lado de una de las camas abrirse, develando a una mujer que parecía ser su madre llegar amorosamente con un hombre que no era su padre, dejando bolsas de compras en una mesa de noche y yéndose una vez más.
Damiano pasaba los días en una especie de extraña normalidad donde su madre y su (cada vez más acabado) padrastro actuaban en un bucle interminable de llevar compras y desaparecer de nuevo. A pesar de la aparente tranquilidad, Damiano no podía dormir al sentirse acechado en esos días infinitamente detenidos, sintiendo miedo de lo que pudiera ocurrirle de ser alcanzado por "eso".
Un día algo en la rutina cambió, su madre empezó a venir sola con las compras y un semblante algo hostil, en ese momento Damiano empezó a sentir la mala espina venir de ella; cada vez que llegaba actuaba de manera extrañamente feliz con él y eso le parecía repulsivo por decir lo menos, su sonrisa programada y su mirada vacía al hablar del mismo tema con exactamente las mismas palabras vez por vez revelaban que aquello que cobraba la apariencia de su madre no era siquiera una persona, y cuidarlo no era su objetivo.
Damiano sospechaba de esa cosa
Lo veía en sus ojos muertos
Sus ojos lo delataban completamente
Un día Damiano estando solo en ese lugar llegó a la conclusión de que si no salía pronto de ese lugar, lo más seguro es que moriría de la peor forma imaginable, en un momento escuchó la puerta y supo que su oportunidad de escapar era esa o jamás saldría.En el momento que su madre empezó a hablar en un diálogo que Damiano ya sabía de memoria, él nota que deja la puerta abierta y en la cama de junto estaba el reloj con el que solía entretenerse armando y desarmando, su mente empieza a maquinar un plan de acción y reunir el valor para llevarlo a cabo. Sus pies entonces caminan hasta la cama y se sitúa peligrosamente cerca de la puerta, poniendo en estado de alerta a su madre.
—¿Qué sucede? Simplemente quería ver la hora — al escuchar esto su madre parece empezar a bajar un poco la guardia y volver a su charla habitual, en el momento que Damiano nota cómo su madre comienza a caminar hacia él, sabe que es su momento de escapar.
Corre.
Cuando corre al otro lado de esa puerta escucha un sonido gutural desgarrador detrás de sí, lo que lo impulsa a correr mucho más rápido entre los enrevesados pasillos de esa extraña casa, Damiano no tenía idea a dónde correr pero sentía que el camino que estaba siguiendo era el indicado; en algún momento de la persecución cruza una esquina y logra esconderse detrás de un muro, despistando temporalmente a aquello. Voltea la mirada y se encuentra con que frente a él hay tres pasillos, la desesperación de escapar rápido no lo deja pensar con claridad pero siente cómo uno de esos pasillos lo atrae, como si sintiera que debía entrar ahí para poder irse.
Al entrar en el pasillo llega hacia una puerta esculpida muy vieja y casi consumida por la plaga, Damiano quedó impresionado por un momento a causa del detalle que tenía el diseño de esa puerta hasta que escucha de nuevo el sonido de aquella criatura acercarse, él simplemente entra sin más y cuando lo hace, observa varios objetos puestos en pequeños pedestales como si de trofeos se tratase.
Entre esos objetos había una pequeña pelota de plástico con manchas de algo seco y color óxido, Damiano miró la pelota y casi se le sale el corazón del pecho al darse cuenta que esa pelota era la de su hermano, su rostro se sumió en un terror profundo viendo lo que aquello significaba y casi totalmente rendido, fue corriendo hacia la pelota para agarrarla y llevarse el juguete que tanto amaba su hermano.
Al agarrarla, escuchó detrás de él un alarido iracundo y en su mente, una voz ajena a él que lo consolaba.
— Todo estará bien, no te preocupes...terminará pronto —Damiano rendido se echó al suelo abrazando la pelota y cerrando los ojos con todas sus fuerzas, esperanzado de que así tal vez, al momento de cumplir su destino no fuera tan doloroso....
...Y entonces, Damiano abre los ojos y explora con la mirada aquel sitio que le resultaba familiar...
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-...when will all this end? «nightmares»
FantasíaPequeños fragmentos de historias en las que suelo pensar...