* El primer beso*Llegó a la casa exhausta, tirando el bolsón de hospital en el sofá, sacándose los zapatos en la entrada de su departamento. Había veces que, cuando Ian llegaba antes que ella, la esperaba con la cena lista y preparada. Una de las cosas que más amaba de él, era que él disfrutaba cocinar ya que era su forma de desestresarse. A decir verdad, fue él quien la inculcó en la cocina, y lo hicieron parte de su pasatiempo.
Aunque trabajaban en el mismo hospital, tenían horarios distintos, había días que él tenía libre, y otros días en las que ella quedaba en casa. Ambos eran especialistas para ese entonces. Llevaban 4 años de relación, y hacía 1 año habían tomado la decisión de mudarse a vivir juntos. Siempre se habían llevado muy bien, desde el día que se conocieron. Solían acordarse entre risas de su primer beso, y hablaban de contarlo a sus futuros hijos como una chistosa anécdota. Después de haber entrado a aquella cirugía, ambos seguían el estado del paciente de manera diaria. Fue así como empezaron a hablar más seguido y a conocerse más.
Ella le había comentado de su vida, de lo importante que era su familia para ella, y lo agradecida que se sentía con ellos por ayudarla a luchar por sus sueños. Sabía que su familia no era adinerada, pero sus padres trabajaban arduamente para que a ella y a su hermana mayor nada le faltara.
Él siempre parecía escucharla atentamente, y aunque al principio era muy reservado, con el tiempo ella logró que él entrara en confianza y le contara acerca de su vida. Fue así como se enteró que él se crió con unos padres separados, que aunque llevaba buena relación con ambos, pareciera tener mejor relación con su padre, ya que de él era de quien hablaba la mayoría de las veces. Tenía una hermana mayor abogada, y un hermano menor que decidió seguir los pasos de él y estudiar medicina.
Venía de una familia adinerada, y no lo sabía porque él lo hubiera contado, sino por los chismes que corrían en los pasillos. A él parecía importarle poco eso, ya que nunca fue de mostrar sus bienes de forma ostentosa. A ella le impresionaba la paciencia con la que se dirigía a los pacientes, y a los familiares, hasta llegó a sentirse admirada por el trato que daba con cualquier persona, aún estando fuera del hospital.
Pasaron las semanas, y aunque habían salido a tomar algún que otro café fuera del hospital, parecía que las cosas habían quedado estancadas, o peor aún, creía que él la había dejado en la zona de amigos. Ella había quedado ilusionada con cada salida, y cada conversación que tenían. Hablaba de él todo el tiempo con sus compañeras de residencia, y como era de ir de fiestas en aquella época, pese a tener una vida sacrificada, con pocas horas de sueño; creía firmemente la necesidad de salir a divertirse de vez en cuando, aún si eran pocas horas, y si al día siguiente debía estar en el hospital sin haber dormido la noche, porque según ella, valía la pena.
Ella siempre lo animaba a salir de fiesta con él, aunque sea una vez. Pero él siempre repetía que prefería ir a descansar en ese tiempo libre. Hasta que un día, el hospital realizó un encuentro de médicos residentes de todas las especialidades. Él le había dicho que iría, pero que llegaría tarde por la cirugía que tendría que entrar antes.
Eso la ilusionó bastante, por lo que decidió vestirse de la mejor manera posible, según la ocasión lo ameritaba. Se había decidido por un pantalón de cuero negro de tipo oxford, que moldeaba su figuraba a la perfección, unas botas de cuero negra, y una blusa de tipo strapples al cuerpo de color nude. Había decidido dejar su cabello suelto y ondulado, porque no le daba el tiempo de alisárselo, y porque debía admitir también, que le daba un poco de pereza.
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HOPE
Lãng mạnHope era una mujer de 27 años. Fue criada en una familia unida y completa. Desde chiquita siempre tuvo claro lo que quería en la vida. De la mejor de la clase en la época escolar, y recibida con honores en la carrera de medicina. Conoció a Ian, su p...