* Lo inesperado*
Aunque el departamento no tenía el típico olor a comida que solía recibir al llegar de la guardia, recordó que Ian había ido a realizar una cirugía en un hospital que quedaba a 40 minutos aproximadamente fuera de la ciudad. En varias ocasiones solía ser llamado de aquel nosocomio para operar tanto cirugías grandes, como procedimientos pequeños. A decir verdad, ambos eran muy buenos en lo que se dedicaban, por lo que eran solicitados por varios hospitales.
Fue a la cocina y empezó a sacar lo que necesitaría para cocinar risotto con salteado de pollo, ya que sabía que Ian llegaría cansado y con ganas de comer algo delicioso. Además, el risotto era una de las comidas favoritas de él, recordó mientras preparaba las cosas, escuchando el clásico playlist de musica latina, que ella amaba.
Hacía 30 minutos que Ian le había mandado un mensaje para avisarle que ya había salido del hospital y que estaba camino a casa, por lo que llegaría justo a tiempo para cuando la cena esté lista, pensó. Él siempre tenía un drama con la puntualidad, ya sea en el trabajo, en algún cumpleaños, o incluso cuando iba a entrenar. Por lo que sabía que sí el le había dicho una hora por así decirlo, pues una hora sería.
Siempre recordaba las primeras salidas después de ese primer beso. A ella le enamoraba su puntualidad, ya que si le decía que iría a recogerla a las 19:30 para salir a cenar, a las 19:20 él ya estaba tocando timbre. Entonces debía prepararse con mucha antelación, porque odiaba hacerlo esperar.
Desde aquel beso, no dejaron de hablar, no volvieron a separarse. Sus encuentros fueron cada vez más intensos, pero a pesar de eso, él siempre se mostró respetuoso con ella. Y eso era algo que ella amaba, y a la vez odiaba. Hope siempre fue de las que se atrevía, de esas que se lanzaban sin más, y sin vergüenza. Y aunque se moría de ganas de dar el siguiente paso, no quería ser ella quien lo diera primero.Él quería todo con ella, lo sabía desde el primer momento que la conoció. Pero sabía también, que no quería dar ningún paso en falso, porque estaba seguro, lo que tenía con Hope era mucho más que charlas, besos y mimos. Lo que tenía con ella trascendía a lo irreal. Y es que era la primera vez que sentía una conexión tan única, tan perfecta, que tenía la obligación de dar pasos cautelosos y seguros. Cuidaba y protegía lo que tenían, y aunque podía sonar un poco cursi, sabía que una vida sin ella, ya no sería posible.
Pasaron los minutos, la cena ya estaba lista pero le hacía extraño que él no llegara aún. Cuando agarró el celular para marcarlo, el número de Joel, apareció en la pantalla. Un estruendoso ruido se escuchó, cuando de su mano cayeron los platos que planeaba llevar al comedor. De repente, dejó de escuchar. De repente, sintió como si una avalancha de nieve cayera sobre ella, como si las olas más grandes pasaran por encima de ella, y no la dejaban salir a la superficie.
- ¿A donde lo llevaron?-. Respondió finalmente, pero sintiendo el sonido de su voz lejano a su cuerpo. Ian, había sufrido un accidente en la carretera. Al parecer un adelantamiento indebido de un hombre hizo que se produzca un choque frontal entre ambos. Lo único que pudo escuchar con claridad, es que se encontraba grave, y que lo habían llevado al hospital donde ambos trabajaban, donde todo comenzó.
Temblando, agarró las llaves de su vehículo, y se dirigió al hospital. Con el corazón y la cabeza martillando, entre lágrimas que salían sin detenerse, pensaba que tal vez podría haber sido una mala broma de Joel. Le parecía increíble, que hacía unos minutos atrás, él le había mandado mensaje. No podía ser posible que a él le haya sucedido algo. Simplemente no podía ser, se repetía.
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HOPE
RomanceHope era una mujer de 27 años. Fue criada en una familia unida y completa. Desde chiquita siempre tuvo claro lo que quería en la vida. De la mejor de la clase en la época escolar, y recibida con honores en la carrera de medicina. Conoció a Ian, su p...