extra

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Gojo Satoru entró a su Dojo, el clima estaba siendo muy frío, ya entraban al mes de diciembre, pronto se acercaba su cumpleaños y la de su esposo Toji Satoru.

Pisando la nieve buscó a su hijo por la enorme casa, entró a la cocina y solo estaban las cocineras y cocineros, estos le miraron con extrañeza y un poco de asombro.

Regresó al frío patio, no sentía la presencia de nadie, era extraño que nadie esté en la casa.

-ya puede salir, jover Megumi.

Megumi salió de su escondite que era bajo la mesa, levantó con cuidado su pastel de fresa hecho con sus propias manos. Un sonrojo de vergüenza se notó en sus pálidas mejillas, que suerte que su papá Toji se fue donde la tía Maki, no tendría que ver más de lo que hizo por el cumpleaños de su padre, era super vergonzoso.

Gojo era un idiota, no sabía ni de su presencia y se fue así sin más. Tal vez quería que lo busque un poco más.

-bien, téngalo. Cuídalo como si fuera tu propia vida, no lo vayas a modificar nada, así queda perfecto. Cuando venga padre se lo entregaré personalmente.

-me parece perfecto, joven Megumi.

-de acuerdo, ahora me voy, si vuelve, dile que fui donde la tía Maki.

-está bien, se lo haré saber.

Megumi se subió encima de la mesa que daba a la ventana con un grande sol alumbrando, abrió la ventana y se abalanzó así saliendo de la cocina.

El principal empleado suspiró agotado con el pastel en sus manos. Lo observó detenidamente, hizo una mueca de disgusto.

-soy muy viejo para criticar el trabajo del joven amo.

Lo guardó en un grande cesto de frutas, lo tapó cuidadosamente, esperaba que no se derrame todo, el pastel más parecía lodo a punto de caer todo derramado.

Otra vez se abrió la puerta de cocina revelando una cabellera albina y bendaje negro sobre sus ojos.

-maestro -hizo una reverencia a modo de respeto -el joven Megumi dijo que iba a estar en la casa de la señorita Maki-San.

-¡Ash!... ese mocoso. ¿Te dijo a que iba?

-desconozco el tema, mi señor. Pero lo que sí sé es que el señor Fushiguro me dijo que hoy iban a festejar y mencionar el sexo de su sobrino. Me hizo preparar un cesto de frutas y un ramo de girasoles.

-¡AH! ¡ya veo! -golpeó su puño en una palma de su mano atinandole -el hijo de Maki ¡mi cuñadita tontita! Ja, ja, ja.

Al anciano canoso le salió una gota de sudor por la frente, aveces se le olvidaba lo infantil que era su jefe.

-¡nos vemos, Hiraki!

Desapareció del lugar y reapareció en donde se suponía que estarían todos festejando como el anciano le dijo. Pero para su sorpresa algo pasaba.

No había nadie en la casa de Maki.

Lo extraño era que todo estaba adornado de globos y cinta de colores, serpentinas y más globos de colores, las cortinas estaban cambiadas a un tono azul cielo con algunos decorados de estrellas, eran bien bonitos.

Paró en seco al pisar algo, bajó la vista y levantó su talón, era un trozo de pastel color rosa.

Su pecho le decía que se estaba perdiendo de algo muy importante, al entrar a la cocina su mente gritó alerta al ver la espada de Toji tirada y su maldición pidiendo ayuda, su llanto agudo y doloroso le volvió a la realidad.

-Toji...

A toda prisa corrió fuera de la cocina, con desesperación buscó en todas las habitaciones, no había nadie.

-Vuelve, Mi Omega - (Maki X Yuta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora