Mentiras

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- Casa de Tom - 8:30 AM -

Como odiaba el tiempo

     Un pensamiento que sigue incrustado en su cabeza desde hace años, pueden imaginar lo estresante de ver como un minuto tarda una eternidad en cambiar al siguiente.  Pero eso no era lo importante, Tom sentía un gran peso encima al recordar todas las noches donde el único aliando confiable era adivinador, exacto: el tiempo.

     Una rutina diaria en su trabajo era siempre planear su siguiente movida para cada animatrónica, sus primeras noches así lo fueron y los años hicieron de este juego una tortura voluntaria.

    Pero, ¿Qué hacemos hablando de esto?, pues para nada, me gusta divagar a veces. Como nuestro querido Tom esta haciendo ahora mirando infelizmente la puerta desde su sofá. Su expresión deprimente gritaba que no fuera por todos los dioses, ¿dioses?, pero si tu no crees esas locuras, eso es locura tuya. miro por encima la hora y agarro sus llaves para dirigirse a la puerta.

      El cuerpo y sus movimientos eran desanimados igual que sus días, pero tenia que ir. pensó por unos instantes la posibilidad de reportarse enfermo o ocupado por otros asuntos, sim embargo, ella lo conocía muy bien para mentirle, le llego a ser esa jugada una vez y desde ese entonces no ha vuelto a caer.

- ... - miraba el volante divagando en su cabeza, de verdad no quiere ir, prefiere enfrentar la ira de su queridísima jefa que pisar la pizzería... - oh no no no no.... - un recuerdo fugaz llego a su cabeza y negó totalmente esa idea - amo vivir - se rindió metiendo la llave, encendiendo el motor.

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- Fredina's Night club - 8:30 Am -

     No podía estar más molesta por dentro mientras escuchaba los "tic" del reloj viendo atentamente a la puerta del local. Las otras 4 de seguro estaba atrás esperando disimuladamente escuchando el rechinar de la silla de aquella mujer y el olor de su cigarrillo en mano. Suspiro un momento para cercar el cigarro a su boca y disfrutar la experiencia, si sus jefes la vieran estaría en serio problemas pero no es nada que ella no haya manejado, después de todo, no podía sentir mas lastima y culpa por el pobre Tom. Su querido empleado comenzó a llegar a su limite y ahora tenia que hallar una manera de que no se vaya hasta obtener un reemplazo lo suficientemente tonto y duradero como él.

     Miro al techo un rato reflexionando sobre estos años, los buenos momentos para ella y los malos para él, una risa salió de su boca recodando viejos tiempos, como se les refería. Saco un yesquero y apago su cigarrillo para encender, pero unos paso metálicos la frenaron rápidamente.

- ¿jefa? - dijo una de las animatrónicas.

- ¿necesitas algo Fredina? - murmuro amablemente sin querer voltear a verla.

- Es sobre to... ¡EL GURDIA! SI, que pasara con... él - expreso la osa.

- nada de lo que tengas que preocuparte - respondió únicamente para encender el nuevo cigarro. Fredina no se quedo satisfecha con la pregunta.

- ¿Nada?, te lo estas tomando con demasiada calma - murmuro seria cruzando sus brazos - Tom no es tonto sabes, tal vez un poco despistado y muy pero muy inocente a veces, DIGO, lo menciono como algo malo - la jefa levanto una ceja en respuesta, Fredina solo suspiro y siguió - lo que digo, a pesar de su pasado es muy astuto cuando se lo propone, y viéndolo en tus ojos no lo dejaras ir tan fácil, o ¿me equivoco? - termino con una pequeña sonrisa.

- Lo se perfectamente Fredina - dijo volteándose a verla con una sonrisa confiada -  por algo se volvió tan querido por ustedes pobrecillas almas en pena - lanzo con palabras confiadas y un amargo tono cariñoso para volver a mirar hacia la puerta

Problemas con el trabajo (FNIA fanfiction)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora