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Aᴄʟᴀʀᴀᴄɪᴏ́ɴ

D𝗶𝘀𝗰𝗹𝗮𝗶𝗺𝗲𝗿: Los personajes de Shingeki no Kyojin no me pertenecen, sino a Hajime Isayama.

𝗔𝗱𝘃𝗲𝗿𝘁𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮𝘀:|Universo Alterno (AU!)| |Lenguaje vulgar/sugestivo||Uso descarado de OoC*|

*Out of Character

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Tus ojos se movían de un lado a otro siguiendo al rubio que caminaba de aquí para allá con papeles en manos. Estaba demasiado ocupado como para notar la mirada divertida que le dedicabas estando recostada en tu sofá. Por cómo fruncía el ceño, podías decir que su confusión al leer lo estaba llevando al borde del colapso.

Probablemente eras una perra, deseabas con todas tus fuerzas verlo romper su autocontrol, que demostrara algo más que un rostro apacible y una voz amable.

Armin Arlert era la encarnación de chico perfecto. Excelentes calificaciones, comportamiento y trato de ensueño, el mejor de su facultad y también el más querido en el campus. Sus hábitos parecían reducidos a comportarse bien y recibir elogios de sus profesores, junto con halagos de las damas que constantemente le hacían sonreír con un sonrojo en sus mejillas.

Aunque esto no siempre fue así, no señor. La atención que ahora sus compañeras le entregaban era una cosa relativamente nueva, al menos desde que su aspecto cambió al regresar de vacaciones de verano. De todas formas, no podías culparlas, era lindo antes, pero en estos instantes...

Era caliente.

— Esto está mal. — El rubio te miró agitando las hojas en su mano, estaba estresado pero su voz no daba señal de ello. — No entiendo cómo se te da arruinar un trabajo tan sencillo como este, no tenías por dónde desviarte. Tienes que rehacerlo.

— ¿Me ayudarás? — Cautelosamente recibiste tu parte, sin apartar tus ojos de los de él. — Ya que no sé cuáles son las fallas y tú sí, al menos podrías ayudarme a corregirlas.

— Pues, yo creo que no. Van seis veces. Seis veces en las que vengo a apoyarte y explicarte todo, una y otra vez, lo que es tu parte del trabajo. — Recalcó. — Además de que tengo otras responsabilidades, me tienes aquí sin falt—

Bostezaste aburrida, interrumpiéndolo.

Para ti, mejor que se ahorrara los regaños y se los metiera por el culo. Si bien, era mucho pedir para alguien como Arlert, tampoco es como si no esperaras que te dijera algo por tu aparente deficiencia académica.

Pronto lo viste tomando una bocanada de aire y cerrando los ojos. Quisiste reír ante su frustración, era bien sabido que una de las cosas que más molestaban al chico era que lo interrumpieran a mitad de una oración.

— Me impresiona un poco lo mucho que cambiaste en esos meses, antes hubieras aceptado sin protestar. — Señalaste.

— Nada ha cambiado conmigo. — Alzaste una ceja. — No deberías sorprenderte en todo caso, puedo tener toda la paciencia del mundo, pero es suficiente. Si algo de lo que te expliqué no lo entendiste por... cualquier motivo, entonces debes ir con algún profesor.

— Está bien, lo que digas. Tampoco hay que armar un alboroto.

Alboroto dices... — El de ojos claros hizo un movimiento de mano y sin pensarlo se acomodó sus delgados lentes de marco cuadrado en el puente de su nariz. Fue por unos segundos, pero a ti te pareció un gesto bastante encantador. — Hay que entregarlo en dos días, ¿qué harás con eso?

𝙵 𝙰 𝙺 𝙴 • Armin ArlertDonde viven las historias. Descúbrelo ahora