Piloto

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Un departamento vacío y silencioso ubicado en la colonia roma de la ciudad de México parecía el escenario perfecto para una suave tranquilidad para un merecido descanso. Las luces y aparatos electrónicos se encontraban apagados, milagrosamente por vez primera en toda una vida parecía que la gran ciudad se encontraba en silencio. La puerta principal fue abierta. El primer y único sonido que se escuchó en mucho tiempo fue el de unas llaves siendo depositadas en un tazón sobre una mesa cerca de la entrada. 

Joaco: Vaya, que silencioso está todo sin Rigo 

Emi: No me recuerdes que mi bebé ya no está -Dijo limpiándose las lagrimas dramáticamente como sólo él- 

Cris: Sí que triste, me voy a ver mi nuevo cuarto adiós -se va- 

Lore: Supongo que como todo, será difícil al principio acostumbrarnos a su ausencia, pero con el tiempo todo estará bien. 

Emi: Si tú lo dices. ¿Por qué no vamos todos a dormir un poco? A nadie le gusta despertar tan temprano un sábado después de todo. 

Joaco: Suena bien. Ve a descansar hija, más tarde pasaremos todo un día juntos y en la noche hablaremos con tu hermano para asegurarnos que llegó bien ¿Sí? 

Lorena asintió con una sonrisa a medias por lo cansada que se sentía. No hizo replica alguna de nada y se retiró.  

Antes que la pareja se retirara a su habitación, el más pequeño de la familia apareció de la nada con un flexómetro y un martillo en cada mano en dirección a la vieja habitación de Rigo. 

Emi: ¿A dónde vas con eso jovencito? 

Cris: Quiero averiguar si mi nueva habitación tiene el tamaño adecuado para convertirlo en un cuarto de juegos con jacuzzi 

Se miraron a los ojos extrañados y extremadamente cansados. 

Joaco: Bien jovencito, a su verdadera habitación ahora mismo, luego discutiremos el futuro de esa habitación. 

Cris: ¿Cuándo se volvieron tan aburridos? -Se va- 

Emi: Eso me dolió. Más viniendo del menor de nuestros hijos. 

Joaco: Están creciendo "Choco" ya lo habíamos hablado. 

Emi: Lo sé "Late", y eso duele más. 

Joaco: Aunque su idea del cuarto de juegos no está  del todo mal 

Emi: ¿Podríamos convertir el cuarto de Rigo en un bar? 

Joaco: ¿O en nuestro calabozo sexual? 

Emilio miró sorprendido a su esposo. Normalmente él era el sexual, pero si el rizado era honesto, en esos momentos los deseos de estar con su esposo con constantemente lo estaba no surgían. Estaba cansado, se había despertado temprano un sábado, su edad avanzaba lentamente y por su fuera poco, ese mismo día había dejado ir al mayor de sus hijos a un país lejano para que iniciara su propia vida. Tantas emociones acumuladas que le desaparecían el deseo sexual a cualquiera. 

Emi: Vamos amor, hora de dormir. 

Mientras tanto en su habitación, Lorena se recostó en su cama y comenzó a mirar todas las fotografías enmarcadas que tenía en su pared y muebles; Muchas de ellas eran antes de ser adoptados por Emi y Joaco con sus viejos y verdaderos padres, no eran del todo malas, pero eran las clásicas donde la familia aparentaba ser lo más perfecta posible con sonrisas falsas o de plano sin ninguna sonrisa. En cambio, las fotografías con Emilio y Joaquín donde estaban los cinco juntos, desde los cumpleaños y los viajes eran completamente lo contrario. Felices de verdad. 

La castaña sonrió, y en cada una de ellas vio a su hermano más feliz que nunca a comparación de cuando estaban con sus verdaderos padres. Y no porque no los amara, sino porque realmente no se sentía cómodo, siendo todo lo contrario a cuando llegaron a esa casa. 

Te AmOdioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora