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Con ayuda de mis mano tomo una poca de agua que sale del grifo para llevarla a mi boca y poder enjuagarme

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Con ayuda de mis mano tomo una poca de agua que sale del grifo para llevarla a mi boca y poder enjuagarme.

Luego de escupir el agua en el lavamanos me miró en el espejo unos segundos y suspiro rendida.

—Te dije que te iba a caer pesada la sandia en la noche. —Dice mi compañera que me mira recargada en el marco de la puerta del baño.

Yo solo puedo mirarla mal.

—Me chingue dos órdenes de macisa, unos tostilocos, una coca, un gansito— Enumero con mis dedos algunas de las cosas que comí anoche —¿Y la sandía fue lo que me cayó pesado?

Ella rueda los ojos divertida.

Yo vuelvo a mirarme al espejo unos segundos odiándome completamente.

Solo a mi se me ocurría salir con mis amigos a una feria el domingo, atascarme de comida en la noche y suponer que no me caería pesado todo aquello al día siguiente.

Y más sabiendo que últimamente mi estómago era demasiado sensible.

Pero bueno, aquí estoy, son las 9:27 de la mañana y en lugar de llegar a trabajar, llegue a vomitar todo lo que cene anoche.

Intento respirar y controlarme, fingiendo que nada malo paso.

—Ya estoy bien, un suero y quedo como nueva. —Le digo a mi Fili, mi compañera, aunque parece que me lo digo a mi para intentar convencerme.

—Más te vale, porque ahora si tenemos un montón de trabajo. —Dice y yo solo puedo poner los ojos en blanco.

—Primero déjame terminar de llegar. —Le digo cuando ambas ya hemos salido de los baños de la oficina.

Ella solo ríe.

Finalmente tomo asiento frente a mi escritorio y enciendo la computadora, abro mis archivos y suspiro pesado.

Trabajar en una editorial no era tan malo en realidad, el problema era cuando el resto de mi equipo se hacía pendejo y me juntaban el trabajo y los archivos, justo como en este momento.

Las horas pasan, una tras otra y se me hacen eternas, sobre todo cuando reviso que aun tengo bastante trabajo por hacer.

Me deslizó un poco en mi silla ya harta de estar corrigiendo tantos errores.

—No vuelvo a trabajar con los morros de servicio. —Digo más que frustrada.

—Perdón doña eminencia. —Murmura Fili quien esta a mi lado firmando y acomodando papeles.

Yo ruedo los ojos.

Ella se había graduado hace nada y la empresa había decido dejarla trabajar aquí por hacer un buen trabajo durante su servicio. Así fue como la conocí, cuando ella llegó a prestar servicio y yo tuve que capacitarla.

En cambio yo, yo era una chiquilla con suerte.

O eso decían la mayoría de mis compañeros.

—Déjame. —Le digo lanzándome un papelito y ella ríe —Quiero vacaciones, necesito vacaciones.

Beautiful Mistake (Quackity) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora