HOUSE OF BLACK || Theodore Nott fanfic!
"Ser una Black digna de su apellido".
Madelyn siempre había tenido esos pensamientos, especialmente al recordar que su padre, Sirius Black, traicionó el legado familiar al irse a los Potter.
Detrás del árbol...
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CAPÍTULO TREINTA Y SIETE «Marca Tenebrosa»
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Quién diría que Madelyn recibiría la Marca Tenebrosa a sus 17 años, justo en su sexto año en Hogwarts. La ironía no escapaba a su mente, marcada de por vida en el mismo año en que se suponía debía estar preocupándose por exámenes y graduaciones.
Y su vida no podía ser más tétrica. La imponente mansión Malfoy, normalmente un símbolo de opulencia fría, se había convertido en un hervidero de Mortífagos. Sombras con túnicas oscuras se deslizaban por los pasillos, susurros cargados de maldad resonaban en las paredes y la atmósfera espesa se podía cortar con un cuchillo. Pero lo peor de todo, lo que helaba la sangre en sus venas, era la presencia inconfundible de Lord Voldemort.
No lo había visto aún, solo sentido su aura oscura impregnando cada rincón. Pero ahora, la puerta del salón principal se abría y allí estaba él, imponente y aterrador en su mera existencia.
Pero ella haría ese sacrificio, de recibir la marca tenebrosa, soportaría el dolor punzante y la repugnante marca grabada en su piel. Todo era parte de su plan, un plan que había estado planeando durante meses.
Ganarse la confianza de Lord Voldemort, convertirse en una de sus confidentes, y luego, en el momento justo, apuñalarlo por la espalda. La idea, aunque peligrosa y casi suicida, era la única forma que veía para vengar la muerte de Cedric y proteger a las personas que realmente le importaban.
Madelyn divisó a una mujer salir del salón donde se encontraba Voldemort. Su vestimenta era de un negro absoluto, casi tragándose la luz, y su cabello rizado parecía una maraña salvaje alrededor de su rostro anguloso.
Bellatrix.
Una sonrisa burlona, cruel y llena de anticipación, se extendió por los labios de Bellatrix al ver a Madelyn. Se acercó con pasos lentos y deliberados, estudiándola de pies a cabeza con una mirada depredadora.
—Así que tú eres hija de... Sirius. —dijo Bellatrix, escupiendo el nombre de su primo con una mueca de asco y desdén. La palabra resonó en el aire como una ofensa personal.
