[ 𝐁𝐎𝐎𝐊 𝟐 ]
𝐋𝐅𝐇┊Querida Junnie.
No sabes cuanto lamento haber roto la promesa que te hice.
Dejarte sola y llena de tristeza.
Te amo; en todo momento, durante la vida que tuve, e incluso después de mi muerte.
***
─ Libro dos de la Bilogia « Ca...
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Este día se las había arreglado para presentarse de la forma más triste. Con llovizna.
La lluvia estaba próxima a llegar.
Observé todo el lugar a mi alrededor, y estaba en completo silencio y vacío. Las flores adornaban todo el lugar de una forma menos deprimente.
Solté un suspiro en el momento que mi mirada bajo hacia dónde yacía una pieza rectangular de mármol con algo escrito en medio.
Park Jimin
13.10.1915 23.09.2021
La foto que habían elegido mis padres no era mi favorita, pero era aceptable. Quizás no era de mis fotos favoritas por el hecho que me veía delgado. Aquella foto me traía recuerdos de mis días más oscuros cuando estaba obsesionado con bajar de peso para ser aceptado en alguna academia de baile. Aún así, no lo logré. Sin embargo, de no ser por eso, jamás hubiera conocido a Junseo.
Recuerdo que tenía diesiseis años y fue en mi último intento de audición en la única academia que me faltaba, de las cuatro en las que me había inscripto y fui rechazado casi al instante por la mala ejecución de técnica y porque mi cuerpo no era el ideal.
La conocí cuando chocamos accidentalmente frente a la puerta de la academia. Aunque ya la había visto en un ocasión junto a otras chicas. Recuerdo que toda mi tristeza se había esfumado en cuanto empecé a hablar con ella, tuvo un efecto inmediato que ni siquiera yo recordaba porque estaba triste y a punto de llorar. Junseo llegó en el momento indicando para evitar que me hundiera en una miseria más profunda de lo que ya estaba.
A lo largo del tiempo, ella me ha ayudado de tantas formas y en tantas cosas que no me alcanzó la vida para agradecerle. Ella fue como una luciérnaga, iluminó mi camino sin que se lo pidiera y me guío hasta encontrar mi camino.
Giré mi rostro en el momento en el escuché unos pasos detrás de mi. Era ella.
Aquella campera grisasea que portaba no era suficiente para cubrir su cuerpo de la llovizna; eso quedaba en claro cuando ví como se abrazó a si misma al llegar a mi lado.
Note su entrecortada respiración, así como también sus ojos cristalizados.
─Hola Jiminie ─saludó, mirando mi foto.
Quise responder su saludo, pero se quedó atascado en mi garganta. De todas formas ella no me escuchaba.
Tampoco me veía.
─Lo siento mucho, mochi ─se arrodilló para quedar a la altura de marmolado─, por la demora en venir a verte ─sonrió─. Ha pasado mucho tiempo.
Mi corazón dolió.
Me arrodillé a su lado, la miré e intenté tocar su hombro, pero entonces, explotó en llanto.
