Nadie se lo imaginaba. Desde siempre se ha creído que los titanes no existen, que son solo cuentos para atemorizar y provocar el miedo en los demás. Yo también lo creía pero... Ese día sin Sol cambió todo para mi...
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Todo ocurrió cuando tenía la corta edad de siete años. Era el día de mi cumpleaños y mi abuela me había despertado en la mañana, cerca de las 10:30 a.m.
Su sonrisa en ese día es algo que jamás podré olvidar, siempre fue tan cálida y dulce conmigo, no dejaba de ser estricta y dura a veces pero se que nunca me dejo de amar.
Ese día ella y mi abuelo tenían planeado salir conmigo a comprar algunos regalos para mi, y como cualquier niña me emocione por ello.
Yo no tenía padres, obviamente en algún momento tuve pero ellos murieron 3 meses después de mi nacimiento, no tengo detalles de como fue y mis abuelos no me hablan de ello, la verdad no los podía culpar. Realmente nunca los extrañe, si me sentía con la necesidad de verlos y hablarles de miles de cosas, y hacer que se sintieran orgullosos de mi, me dolía pero me parecía mejor no decir nada, no quería herir a mis abuelos. Ellos siempre estuvieron ahí para mi en todo momento, nunca me faltaron sus besos y sus afectos, ellos eran todo para mi. Deseaba tanto llegar hasta el final de mis días con ellos, que me vieran crecer, que me vieran mejorar, tomar una beca en la universidad, que estuvieran presentes el día que yo me llegara a casar, lo deseaba tanto..
Parece que mientras más anhelas algo, más se te escapa de las manos..
Justo ese día empezó todo.
Aparecieron de la nada destrullendolo todo.
Eran seres gigantes de apariencia humana, pero al mismo tiempo no lo eran. En el momento que aparecieron lo destruyeron todo, hogares, viviendas, parques, familias, mi familia.. Lo único bueno que tenía mi vida... Se fue junto con la muerte de ellos..
Yo.. Solo pude llorar en ese momento, quería gritar y soltarlo todo, pero solo podía quedarme ahí sin moverme sintiendo como las tibias lágrimas bajaban por mis ojos hasta mis mejillas terminando en el suelo como una mancha, mi respiración era irregular e incontrolable, mis latidos se sentian como si hubiera participado en un maraton, y mis piernas fallaron sin aviso dejándome caer al suelo.
Ya mi mente no estaba ahí... Todos corrían y gritaban, todos huían y lloraban.. Pero yo ya no estaba ahí... Todo en mi interior murió junto a mis abuelos para dejar un rastro de bagos recuerdos.
Supongo que si nacimos solos.. Nos quedaremos solos...
