Claude Monet solía decir que un paisaje no existía en sí mismo ya que su aspecto solía cambiar en cada momento, pero su entorno lo trae a la vida; el aire, la luz. Mismas que variaban constantemente.
Y esa era la mejor manera de describir a Gala Per...
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El lenguaje favorito de Enzo era el de las miradas, había tanto que podías saber de una persona solo con verla a los ojos, solo con una persona especial podrías desarrollar esa habilidad de conectar mediante una mirada, solo aquella que reconocerías en cualquier lado. También las miradas podían cambiar; como la suya.
Pero particularmente, le gustaban esos ojos negros que pareciar brillar más que cualquier otros, como si su cara tubiera dos soles. Era lo único que pensaba antes de dormir y lo primero que buscaba cuando despertaba.
Nunca había sido muy expresivo o platicador, mucho menos fanatico del contacto físico pero por algún motivo no podía dejar de pensar en las pequeñas manos de la pelinegra recorriendo su pecho. Daba la imagen de ser alguien reservado pero cuando hablaba con la chica no podía dejar de hacerlo, por más cansado que estuviera.
Incluso tenía las canciones que le gustaban a Gala en su playlist, su música en todas partes.
Sus labios sobre los suyos se sentían como el apocalipsis. Sentía tantas cosas por ella en tan poco tiempo que no sabia que hacer, lo unico que tenia claro era que no quería dejar de sentirlas.
Por eso no dejó que el hecho de que la asistente lo comenzará a ignorar lo decayera, mucho menos el que el camarógrafo estuviera pegada a ella.
A la noche siguiente de su "charla" en el baño, fue a la puerta de su apartamento para por fin solucionar la enorme confusión que ella tenía.
Sofía y él habían terminado hace 6 meses, pero mantenía un recuerdo y lugar en su corazón muy especial por lo que sus fotos con ella en su instagram, la rubia había sido su primer gran amor. Lo acompaño durante mucho tiempo y cumplio muchas metas a su lado, aun que eso no significa que mantenía sentimientos por ella.
La asistente daba vueltas por su departamento con su celular en mano, Jacinto la había llamado en la madrugada simplemente por el hecho de que la extrañaba. El menor era muy apegado a sus hermanas ya que prácticamente ellas lo habían criado, pero con su hermana mayor lejos no podía evitar sentirse decaído.
Desde que tenía memoria, la pelinegra está ahí para él.
– Tu tienes 22 años y sigues viendo caricaturas – le recordó entre risas– No puedes juzgarme por seguir usando playeras de Dragon Ball
– Claro que puedo – se sentó en la sala– minimo no me gusta esa caricatura de 1000 años
– Pero si una de un perro azul
– Bluey es mi motivo para vivir – se rio- Ya vete a dormir ratoncito
– Descansa florecita – se despidió el menor – Te amo mucho
– Te amo más ratoncito – sonrió con todo el cariño que le tenía
No esperaba que el actor estuviera detrás de su puerta apunto de tocar, solo había escuchado lo último pero su cuerpo se había congelado hasta que su cerebro reaccionó y se dio la vuelta a su departamento.
