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En el vasto y deslumbrante firmamento, donde la realidad y la fantasía convergen, existe un ser supremo que reina sobre todo lo existente y lo inexistente. Este ser, conocido como Zeno-Sama, se yergue en la cima de la jerarquía cósmica, gobernando con un poder que desafía toda comprensión. Con un simple pensamiento, puede borrar la esencia misma de cualquier ser, disipando su existencia en las corrientes del tiempo y el espacio.
Sin embargo, incluso un ser tan colosal como Zeno-Sama, el arquitecto de la creación, se encuentra ahora arrodillado. Su imponente presencia está marcada por las cicatrices de una confrontación titánica. En este escenario enigmático, el misterio se despliega como un velo oscuro sobre la magnificencia de Zeno-Sama, revelando que frente a él se encuentra un ser aún más poderoso y enigmático.
Las heridas en el ser omnipotente son testigos mudos de un conflicto cuyas raíces se hunden en los pliegues del universo. La paradoja de ver al arquitecto de la realidad doblegado ante un poder desconocido añade un matiz de intriga a esta escena cósmica. ¿Quién es este ser superior que desafía a Zeno-Sama? ¿Qué eventos cósmicos han llevado a la confrontación entre estos titanes celestiales? Las respuestas yacen en las sombras, en el misterio que envuelve esta batalla de titanes en los confines del infinito.
- Ríndete, Zeno-Sama, enano estúpido. - La voz del chico resonaba con soberbia y seriedad. Ante esto, Zeno solo respondió con amargura.
- ¡Maldito! ¿Cómo pude confiar en ti? Se suponía que eras mi sucesor en mi trono. -La voz de Zeno se oía agitada, con varias heridas mortales en su cuerpo.
- ¡Eres un maldito! -Se escuchó una voz masculina entre los escombros que alguna vez fueron el palacio del Rey Del Todo.
- ¡Pero miren quién se dignó a hablar! Si es ese mortal que superó a los dioses y a los ángeles... ¡Son Goku! - Dijo aquel ser, dirigiendo su mirada hacia el Son.
-¿Por qué haces esto? - Preguntó el Saiyan, intentando levantarse, pero era inútil; su cuerpo estaba lleno de heridas peores que las de su amigo Zeno, quienes parecen ser los únicos en pie en esta batalla sin precedentes, una batalla por la supervivencia.
-¿Por qué? Es muy simple explicarlo... Porque quiero todo. Quiero gobernar todo, ser el nuevo dios del todo, poder reinar en todos los universos y multiversos de todas las dimensiones. ¡Haré un Multiverso mejor que el que ha creado ese estúpido enano! -Dijo aquel ser con una intensidad que resonaba con una mezcla de ambición desmedida y desprecio hacia Zeno. Sus palabras cargadas de determinación y egoísmo añadían una capa más de miedo y odio en el lugar.
-Eres un miserable... nunca te lo voy a perdonar, Zenkor. Mataste a mis amigos y a todos los seres con vida en este multiverso. -Se incorporó entre los escombros, se le escuchaba con una voz de ira. Activó su estado del Ultra Instinto Completo y se preparó para pelear, a pesar de saber que sería inútil. Su firme resolución lo impulsaba a enfrentarse a ese ser sin ceder un paso.
-¿Vas a pelear aún sabiendo que es inútil? ¿Acaso crees que sin tus transformaciones con las cuales superaste a los ángeles podrás vencerme? ¿Y con ese poder tan insignificante? Eres un Saiyajin patético, pero debo admitir que posees agallas y valentía; tienes mi respeto, mortal. -expresó Zenkor con soberbia, preparándose para el enfrentamiento. Con la certeza de su victoria, decidió contenerse, queriendo generar una pizca de esperanza en su oponente.