“Querido diario, pido disculpas por lo que leerás, pero no me arrepiento de ninguna de mis acciones.”
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Una pequeña pluma se posaba en el pequeño cuaderno rojo nuevo que había adquirido. Una sonrisa se dibujaba en el rostro de un confiado Potter que empezaba a hacer memoria antes de empezar a escribir.
Su más reciente compra había significado algo valioso para él; no porque aquel chico hubiera gastado partes de sus ahorros en eso. Si no porque él mismo sabía perfectamente la utilidad que tomaría.
Había leído sobre diarios sexuales en una página web y estaba totalmente dispuesto a empezar el suyo, después de todo, recordar de mayor experiencias que te hacían sentir joven no era tan mala idea, tampoco el poder revivir aquellos momentos incluso después de vivirlos.
Porque vamos, ¿A quien podría molestarle? Después de todo tampoco tenía pensado compartirlo. Era algo privado suyo. Algo que le emocionaba.
Así aún con todas las ganas de rellenar sus hojas simplemente dividió algunas y puso un texto grande en la primera "Querido diario", ese sería el mejor de sus cuadernillos después de todo. Lo sabía.
Se acercó con una sonrisa al estante en el que guardaba sus infinidad de libretas, libros, cuadernos, recortes y material de arte mientras hacía un pequeño espacio justo al costado de su libreta de dibujo y la de insectos.
Sería interesante saber quién sería la primera página. Sería interesante saber el que escribiría.
¿Cuál sería la primera experiencia que podría relatar? ¿Cuál? Bueno, una mejor pregunta sería, ¿Quién? ¿Quién sería aquel?
Su mente podía hacerse una idea vaga de quien podría ser... Después de todo amaba el sentir de los Blacks.
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