- ¿Quién demonios era ese tipo? Fred resopló, cerrando de golpe la puerta de la pequeña y pintoresca sala de estudio a la que él y George acababan de arrastrarte hace menos de diez segundos antes.
"¡Quiero decir, tenía sus putas manos sobre ti!" George asintió, cruzando los brazos sobre el pecho mientras se apoyaba en el escritorio.
"Por todas partes... en lugares donde solo deben ir nuestras manos..." Pusiste los ojos en blanco, ajustándote el ajustado vestido negro contra los muslos.
Habías estado durmiendo con los gemelos durante unos meses, sobre todo un trato divertido, de amigos con beneficios; Pero últimamente se habían vuelto mucho más posesivos, mucho más protectores de lo habitual.
A veces podía ser un poco demasiado, pero no podías negar que su pasión por tu cuerpo hacía que el sexo fuera de otro mundo.
A veces era divertido ponerlos en marcha a propósito, solo para ver hasta dónde llegarían. "¿Qué les pasa a ustedes dos?" Dijiste, tus ojos inocentes se movían de un lado a otro entre los gemelos de cabello ardiente, tratando de no distraerse con el poder de sus complexiones fuertes y atléticas;
Cada uno de ellos se eleva sobre ti mientras esperaban tu respuesta. "La última vez que lo comprobé, esto no era una relación. No estoy seguro de por qué se están poniendo tan celosos".
Fred arqueó una ceja. "Estoy bastante seguro de que dejamos claro la última vez que eras nuestra..." "... y solo nuestra". George terminó, los dos se acercaron.
Traguaste saliva, tu corazón se aceleró de emoción por la dirección en la que sabías que iba esta pequeña conversación. Metiste tu labio entre los dientes, tratando de ocultar tu sonrisa mientras retrocedías de ellos, tratando de mantener el espacio entre tus cuerpos para no ceder tan rápido.
Molestarlos más solo aumentaba la diversión. -No pertenezco a nadie -susurraste con voz baja-; apretando el coño mientras observabas una sonrisa traviesa que se extendía por los labios de Fred; Los ojos de George se entrecerraron en señal de desafío. "Y ciertamente no ustedes dos". -Hm -tarareó Fred, mirando tu cuerpo de pies a cabeza, sonriendo mientras le echaba una breve mirada a George, los dos dando vueltas a tu alrededor ahora-. como depredadores que acechan a sus presas. - Parece que necesita que le recuerden su lugar, ¿verdad, George? George sonrió, humedeciéndose los labios. "Claro que sí, Fred..." Fred asintió. Ya estaba harto de jugar. "Nos vamos". Sin dudarlo, Fred y George agarraron cada uno una de sus muñecas, el cálido aliento de George bañó su oído mientras susurraba: "y no intentes luchar contra eso, princesa..." Sus dientes te rozaban el lóbulo de la oreja. "Quieres que te hagamos sentir bien, ¿verdad? Sabes que nunca dejamos de cuidarte..." Tu cabeza daba vueltas, el oxígeno te faltaba. Dioses, por supuesto que lo hicisteis. "Sí, sí... Tienes razón..." -Ahí está nuestra buena chica -tarareó Fred, con los labios sobre tu otra oreja y los párpados cerrados por las sensaciones colectivas-. "Te vamos a adorar... te hacen sentir cosas que nadie más podría igualar". Tu respiración se entrecortó. "Oh..." -Eso es todo -murmuró George-, eres nuestra, y esta noche nos aseguraremos de que lo sepas.
Sintiendo que tu desafío se había desmoronado por completo, los gemelos compartieron una rápida mirada antes de soltar tus muñecas y se dirigieron hacia la puerta sin decir otra palabra. Fred caminó primero, tú en el medio con George detrás de ti, todos en los pasillos te lanzaban miradas de reconocimiento mientras los miraban a los tres con recelo, a pesar de que era más de medianoche y la fiesta estaba llegando a su fin de todos modos.
Tan pronto como Fred abrió la puerta de su dormitorio y te hizo entrar, la cerró detrás de él, sin perder ni un solo puto segundo antes de rodear tu cintura con el brazo y tirar de ti contra él; Su espalda golpeando la puerta mientras te sujetaba a su cuerpo, agarrando tus caderas mientras presionaba tu con fuerza contra su entrepierna. George se paró frente a ti, tomándose un momento para adorar tu cuerpo, tomándose un momento para observar tu rostro mientras los labios de Fred atacaban tu cuello, chupando y mordisqueando Incapaz de aguantar más, George dio un paso adelante, pasando sus manos por tus curvas, con los ojos marcados por la lujuria. "Te ves tan jodidamente hermosa esta noche..." -murmuró, apretando suavemente sus labios contra los tuyos-.
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OS Harry Potter
أدب الهواةOne shots de todos los personajes de Harry Potter Smut y soft Acepto pedidos Creador de portada 👆 @GIMEVERLARK