La sonrisa es lúgubre

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No lo pensemos más y entrelacemos
los recuerdos, las lágrimas y las risas.
Empecemos a hundirnos en la tierra
abrazando a las hormigas
para ver si ellas, nos cobijan de la brisa.


Va siendo tiempo de desatar los cordones
de mi propia insolencia, la que me ha acuchillado sin cesar. La que me ha invitado a parar, sin dejar de amar. Las flores de mi jardín son bisiestas, el motivo de tanta limerencia. Es donde tu nombre y el mío colisionan sin dejar de observar, que muertos, habremos de terminar.


El sol naciente anuncia el nuevo día
Ese mismo que anuncia nuestra muerte
No es que tenga un corazón inerte
Sino que simplemente quiero verte

Ayer te vi corriendo lejos de mí
Vi mi vida entelequia, sempiterna
Y a ti, mirándome desde la cerca

El mar te tomó con sus manos
Te cubrió con su manto enamorado
Y a mí, me escupió carcajeando

Las noches son incoherentes
Porque te tengo pero puedo verte
Han comenzado a gritarme:
Que tu corazón quiere asesinarme.



He intentado salir de la niebla.
Mi mente es esa niebla, incesante
Como la raíz que el roble ha desarrollado
Me ha abrazado para no dejar que me asome.
Me ha robado el oxígeno para sus propios hijos
La tierra húmeda me besa, quiere atarme a ella.
Y arrullándome en su regazo:
                       Soy la comida de sus gusanos.


Los dos puntos ciegos de los dos terceros ojos
de un par de invidentes
Danzarán en la undosa brea de los observadores
Tratarán de ver la luz de luna
La misma que el sol reflecta
Besándose y mirándose conspicuamente.



Los ojos de la luna
han mirado
ríos de lágrimas
y derramado
alegría, nostalgia y olvido
sin contar la muerte
de los corazones
sombríos.


Eres la mirada fugaz
que se quedará para siempre
La cascada de adjetivos
en la que mis sueños hablan.
Mi espejo sin reflejo
porque si lo miro estalla.
El nudo que jamás deshice
la palma de las manos no leídas
en la que las fisuras forman vida.
Descalza caminas
aunque las piedras te agredan
y las serpientes te ignoren
porque en el fondo ladran
como le hacían a Don Quijote.


He nacido con la fortuna de escribir
para no ser leído;
de sonar para no ser escuchado,
y de existir para no ser visto.


¿Cómo es posible romper el viento sin ser desvanecido por él mismo?
El tiempo es el sepulturero más experimentado de la necrópolis cósmica, habría que preguntarle a él; cómo se envejece sin llorar, sin extrañar y sin recordar.


He visto a la miseria anunciarse
como pobreza
como hambre
como frío
como llanto;
¡ninguna!
Somos miserable por el hecho de
haber nacido humano.


Una sonrisa es convergente
A la tristeza.
La vida y la muerte
Hacen lo mismo.
Los corazones enamorados,
normalmente andan bifurcando.



Lágrimas, cicatrices de haber vivido.
Suspiros, cicatrices ser olvido.


Las almas necesitan en vida
salir del cuerpo por un momento.
Existir de verdad, sentir de verdad.
Morir para seguir viviendo
y no desear el cielo, sino el infierno.


El sol naciente ha crecido
como tus ojos me ha iluminado,
como tu muerte, me ha marcado. Cada rayo impregnado en mi pupilas
es una aguja caliente que marca el camino; aludiendo al olvido.


Estos escritos son malditos porque en el fondo pesan,
asfixian dejando marcas de
unos labios que nunca me besaron.


Las voces siempre fueron gritos ahogados en su propia saliva;
venenosa y en ocasiones dulce.
Dulces palabras a un corazón
             abierto; listo para ser deshecho.
Nunca hubo testigos de esas charlas,
sólo las marcas de esos labios que en realidad:
eran colmillos.


Que las horas sean testigo de
las lágrimas derramadas por un
amor inconcebible, de la misma
forma en que la muerte ha
dictaminado nuestro tiempo
de volver al cosmos.


Las frases con el tiempo son
malditas.
Las manos de una madre:
benditas.
Ambas han de diseccionar
el cadáver que hicieron de mí, convirtiéndome en un monstruo de dos
cabezas que lloran al mismo
tiempo.


Quiero verte de lejos.
no importa que me grites
ni que me bautices.
No soy mas que un otro gusano
tratando de vivir en el estiércol
de pensamientos ajenos.


Las rocas me han vencido
podré estar parado
sobre ellas;
sin embargo:
seguirán postradas sólidas
burlándose de mí,
del tiempo y del olvido.


El hielo da calor al sexo
justo en el extasis donde
nada tienen que ver las palabras
ni la razón.
Donde ya no importa el tacto
sino el palpitar de las venas.
No veo el porque llamar al hielo: frío
cuando es el que cobija y nos
mantiene firmes de la hostilidad
de los infiernos.


Hay un halo de respiración
entre cada eslabón de
falsas promesas.
Esas que como ácido
derriten las esperanzas de
salir del hormiguero,
a diferencia de que las hormigas
tienen y obedecen a una reina,
y a los humanos, como invación de
hormigas, nos reina la esperanza...
de cavar el hoyo.


Mi única intención es sentir.
Latir por otros, llorar por otros.
Encontrar en las miradas lo que
ellos sienten, lo que por mí sienten.
Creo profundamente en que la tristeza
es el latir del corazón, el impulso
de la razón y el motivo de cada
salida del sol.
No sé si llorar sea bueno o malo.
O si en verdad libere o aprisione.
Es funesto el acto de sentir
aunque esto lleve a la poesía, pues;
no sirve de nada sentir
sin que te sientan, de llorar
sin que te comprendan, ni de vivir
sin que en la vida misma mueras.

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⏰ Last updated: Feb 01, 2024 ⏰

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