- Buenos días, ¿cómo amaneciste, niña? – le preguntó Rosa a Cristina cuando la vio entrar a la cocina y servirse un café. – No es común que te despiertes tan tarde.
- Buenos días, anoche me costó mucho conciliar el sueño. – Y claro que sabía la razón de su insomnio, el apasionado beso de Dionisio.
- ¿Quieres desayunar?
- Solo una tostada, por favor. Julieta... ¿ya se fue a la fundación?
- Hoy no fui. – contestó su amiga, recostada en la puerta. Cristina se volvió a verla con cierta tristeza, porque habían estado algo alejadas. - ¿Cómo estás?
- Bien – le contestó con cuidado - ¿Y tú?
- Yo estoy tranquila, me desperté tarde también. Rosa, ¿quedó algo para desayunar?
- Si claro. – contestó
- Hoy creo que es un día hermoso, ¿no te parece? – Cristina frunció el ceño al ver que la Julieta huraña y de pocas palabras había desaparecido. - ¿Quieres salir a tomar el desayuno afuera?
- Si... claro. Rosa, puedes llevarnos el desayuno afuera.
- Por supuesto. – las amigas salieron y se sentaron en el comedor del jardín.
- ¿Por qué tan contenta? – Julieta levantó una ceja. – No me malinterpretes, me alegra verte de buen humor, pero...
- He estado con un humor de perros. Lo sé. Y quiero disculparme.
- No tienes que hacerlo.
- Quiero contarte algo. – dijo Julieta con ojos emocionados. – El director general de la fundación nos avisó que harán una nueva sede. Eso es muy bueno, porque han llegado muchos niños abandonados.
- Te emociona mucho tu trabajo. – comentó Cristina con una sonrisa.
- No solo eso. Cree que he hecho un excelente papel como directora del centro en San Jacinto. ¿Te imaginas que quieran ascenderme a la sucursal de la capital?
- Eso... eso implicaría que te fueras a Ciudad de México, ¿eso es lo que quieres?
- Quiero demostrar que puedo lograr todo lo que deseo, aunque solo sea en la parte laboral.
- Querida... - Cristina le tomó la mano a su mejor amiga – tú puedes lograr todo, creo que no he conocido a nadie tan capaz como tú.
- ¿De verdad lo crees? – le preguntó emocionada.
- Por supuesto. Aunque si te vas... creo que yo estaré muy triste. – agregó encogiendo los hombres.
- Tienes a Héctor. – le recordó. – Y a Aurora. Hasta a Dionisio.
- Ni me hables de él.
- Según mi madre, la tal Irene le dijo que ella y Dionisio son pareja.
- ¿Hablaste con tu madre?
- Me llamó, después de decirme el fracaso de hija que soy, me contó sobre Dionisio y su novia.
- Según él, es solo una amiga. – y bufó enseguida – Es un cínico.
- Creo que ambos han sufrido mucho y si pueden retomar sus vidas, por mí está bien.
- Me criticabas porque decidí aceptar a Héctor.
- Porque no lo amas.
- Entonces crees que tu hermano si ama a esa mujer.
- Como siempre en mi vida, lo que yo crea es irrelevante. En realidad, lo que importa es lo que tu sientes. ¿Amas a Dionisio? ¿Prefieres a Héctor? Creo que la que tiene un conflicto que resolver eres tú.
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Oscuro Frenesí
FanfictionCristina Maldonado ha sufrido la peor experiencia que una madre puede vivir, perder a su hija. Tras ese suceso, su matrimonio y sus ganas de volver a amar se acaban. Doce años después, el amor toca de nuevo a su puerta, pero ahora distinto, más impe...