siesta 𔓘 gialen (a. giay x v. barco)

único.

para cuando valentín se decide a abrir los ojos las sábanas ya se encuentran frías. el colorado estira una de sus manos y tantea pero no logra sentir ningún rastro del calor corporal de agustín.

se da cuenta que su idea de una siesta corta se fue por la borda cuando nota el atardecer entrando por la ventana. no sabe hace cuanto está durmiendo pero puede jurar que son más de dos horas.

aún siente los ojos pesados y decide levantarse de la cama para no seguir de largo. el contacto de sus pies con el piso frío lo hacen soltar un suspiro de satisfacción, siente alivio.

se dispone a buscar a su amado y se deja guiar por el golpeteo de unos dedos contra el teclado; a medida que se acerca a la fuente de sonido nota unos pequeños murmullos y se da cuenta que su novio está jugando en la computadora.

—hola, príncipe. —lo saluda giay, quién lo había visto llegar por el reflejo de la pantalla. —¿ya terminaste con tu siesta?

barco no se molesta en responder, simplemente se acerca y lo abraza por detrás, algo incómodo debido al respaldo de la silla gamer de agustín.

siente la piel tibia de su novio contra su nariz y tiene que morderse la lengua para evitar que una especie de ronroneo escape de sus labios.

el cuervo golpea las letras del teclado y valentín escucha como el sonido de balas y gritos escapa por los auriculares del contrario.

quiere que agustín le preste atención pero sabe que eso no va a ser posible, no cuando recién ha iniciado una nueva partida; de igual manera hace su mejor esfuerzo, comenzando a dejar cortos picos en el cuello del ojiverde antes de empezar a pasar su lengua.

el mayor se deja hacer y tuerce el cuello para recibir los besos mojados que el de pecas le ofrece. valentín lo desconcentra y en varias ocasiones tiene que hacer un esfuerzo para no ser asesinado en el videojuego debido a sus descuidos.

la dedicada atención que el colorado le está dando hace que su cuerpo comience a reaccionar por si solo hasta que tiene una incómoda erección presionandose contra sus pantalones de algodón.

—valen. —le advierte, cuando siente como una juguetona mano empieza a bajar hasta su entrepierna. barco no le presta atención y escupe en su palma para empezar a pajearlo dentro de su ropa interior.

el colorado juega con su novio hasta que siente que está lo suficientemente duro y su cabeza chorrea abundantemente, con cuidado maniobra para bajarle los pantalones y el boxer al cuervo hasta los tobillos.

cuando agustín está finalmente descubierto en la parte de abajo comienza a quitarse las prendas hasta quedar completamente desnudo; aleja levemente la silla del escritorio para hacerse espacio y se sienta en las piernas de su novio, frente a él.

abre su boca y deja chorrear su saliva hasta la pija del cuervo, quien se remueve incómodo en su lugar, intentando mirar al más bajito y a su vez no perder el juego.

valentín se levanta apenas y acomoda la verga de agustín en su agujero, bajando lentamente hasta que el cuervo está bien dentro suyo.

las lágrimas se le acumulan en los ojos y muerde su labio con fuerza, dejándose caer en el hombro de giay. espera a que su interior se acostumbre a la intromisión y el ardor deje de ser insoportable debido a lo poco lubricado que se encontraba antes de empezar a moverse.

agustín aleja una de sus manos del teclado y le acaricia el culo, dándole un breve apretón.

—que putita que sos. —le dice en voz baja. —¿no podías esperar a que termine la partida aunque sea? —pregunta. valentín niega con su cabeza, sin apartarse de su cuello. —obvio que no podías, no podes vivir sin mi pija adentro tuyo.

el colorado le muerde el cuello suavemente y comienza a moverse haciendo círculos con su cadera. siente a agustín en su estómago y se toma su tiempo para comenzar a dar pequeños saltitos. —mi nena hermosa. —vuelve a hablar el de rulos, elogiandolo. —viviría cojiendote.

barco se siente abrumado, las manos del cuervo recorren todo su cuerpo, acariciandolo y apretandolo por todas partes; se siente bien, lo hace sentir bien la desesperación que tiene giay por pegarlo lo más posible a su cuerpo como si quisiera fusionarlo con el propio.

el vulgar sonido de las pieles chocando comienza a llenar el lugar, sumado al chapoteo por lo mojado que se está poniendo el de pecas.

agustín pierde la paciencia luego de unos minutos; toma a valentín por las piernas y se levanta de la silla, con cuidado lo apoya en el frío piso y se posiciona arriba suyo. vuelve a penetrarlo y se lame los labios cuando siente la humeda vagina de barco apretarlo de esa forma; necesita embestirlo con más fuerza, con más dureza.

necesita romperlo.