El infierno en la tierra. (Arlecchino x personaje) (FemxFem)

1.

‐ ¿Como crees que va.?- Murmuro una pelirosada, un tono desconfiado, sin seguridad de lo que pasará.—

- No sabría decirlo.– Murmuro un rubio en un tono dudoso.—

Ambos amigos se encontraban en Fontaine, la nación de la justicia, después de todo lo que pasó con Focalords, la sentencia divina..entrenaban peleando con una lanza y espada.

- Naomi no te distraigas.– Murmuro el rubio mirándola con una mirada reconfortante.—

– Solo..estoy preocupada Aether.– Respondió Naomi en un tono sincero.—

Aether se acercó antes de abrazarla suavemente, no obligandola al contacto, ella correspondió, acurrucandose contra el. Se sentía cálido, suave, necesitaba esto.

Después de un rato de entrenar, Naomi se separo para ir a comprar un poco de comida, era de noche. No habían tantas provisiones.

Naomi pov:

Una noche cálida, sentia frío, pero no era lo suficiente para que mi cuerpo se helara.

Me puse en fila frente a una tienda, no había casi nadie, sería más fácil comprar, note a mi lado lejano, una mujer alta. No lograba ver sus facciones, pero sus ojos negros con sus cruces rojas, me hipnotizaban, evito la mirada nerviosa, avanzando rápidamente.

Cuando me acercó a comprar noto como la mujer se acercó, ubicándose al lado mio, comprando por mi, sin dirigirme alguna palabra.

- Gracias por eso.– Murmure en un tono agradecido pero desconfiada.—

– No fue nada.— Murmuro la pelí blanca, en un tono frío, su mirada fulminante en mi cuerpo.—

Me dirigi al edificio donde me hospedaba con Aether, la peliblanca me seguía, me ponía nerviosa, pero me sentía un poco segura.

Al llegar dejo las cosas dentro antes de salir y agradecerle por cuidarme.

‐ Gracias por la ayuda ¿Cual es tu nombre?– Murmure sonriendole, estrechandole la mano.—

– Arlecchino ¿Cual es el tuyo?‐ Murmuro acercándose a mi, tomando mi mano acariciándome.—

–Naomi, un gusto conocerte.— Murmure en un tono suave, calmado.—

Nuestras miradas se cruzaron, le sonrei, ella me sonrio un poco, sus ojos negros con cruzes miraron los míos, trague pesado, me ponía nerviosa.

Era como si me estuviera estudiando con la mirada, si supiera quien soy, lo que me puso inquieta, suspire pesado llendo hacia la puerta de entrada despidiendome con un ademán antes de desaparecer de su vista.