C a p í t u l o 27

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Zayn

Bostecé mientras esperaba a que los autos delante de mí se movieran.

Llevaba una hora en el tráfico, al parecer hubo en gran accidente que causó este gran embotellamiento. Siempre sucedía, y sobre todo, justo cuando todos salían de trabajar.

Estaba a punto de perder la cabeza si algún otro auto volvía a tocar el claxon. ¿Para qué mierda lo hacían? Yo no tenía la culpa que todos los autos no avanzarán. ¿Acaso los de atrás pensaban pasar encima de mí? Obvio no, así que era mejor que se callaran de una buena vez.

Cuando por fin nos movimos, me di cuenta de que aún faltaba mucho camino para llegar a mi departamento. Con ese tráfico, máximo una hora y media y me estaba muriendo de hambre, no iba a aguantar tanto tiempo.

Cuando tuve oportunidad de dar vuelta a la izquierda, lo hice y decidí tomar el camino largo. Era mucho más fácil ir por ese que estar en el tráfico.

Seguí conduciendo y con más rapidez que antes, hasta que sentí mis manos sudar en el volante. Sabía lo que eso significaba. Estaba cerca del cementerio.

Según yo, había desarrollado una alergia a ese lugar desde que mis padres fueron sepultados ahí. Claro que era mentira mi alergia, pero sentía que mis manos sudaban y mi pulso se aceleraba cada vez que me acercaba a ese lugar.
Me di cuenta de que en realidad, quería ir ahí, porque hacía un tiempo que no iba a visitar la tumba de mis padres. Antes los visitaba cada semana, pero era cuando sentía esa horrible sensación en el pecho cada vez que pensaba en ellos. Cuando no estaba tan estable.

Decidí pasar de largo al cementerio, pero después iba a regresar. Estuve manejando hasta llegar a un Wendy's, donde compré algo de comer y fui a mi departamento.

Llegando a ahí, me desvestí y me puse un suéter gris, unos jeans negros deslavados y mis botas militares negras. Comí mi sándwich de pollo en el sillón mientras me metía a Twitter y veía de qué me había perdido en todo el tiempo que no estuve conectado. Sinceramente, todo estaba igual, sólo que con nuevas noticias.
Terminé de comer y salí de nuevo a la calle, subí a mi auto y fui a la florería más cercana donde compré un ramo de tulipanes para mi mamá, también a me llevé un osito de peluche que venía con un ramo de rosas. Pagué todo, me subí de nuevo al auto y me dirigí al cementerio.

El tráfico ya había bajado considerablemente, así que no duré mucho en llegar.
Llegando a ahí, me estacioné en un lugar disponible y bajé con las flores y el osito. Fui hacia la pequeña casa donde vivía Ted, el chico que cuidaba el cementerio, tenía mi edad y nos hicimos amigos cuando venía mucho por aquí.

Él estaba tomando una botella de cerveza recargado en la pared de su casa, estaba mirando a un punto del cementerio donde había un entierro. Mucha siluetas de personas estaban vestidas de negro y se acomodaban alrededor de una tumba abierta. Sentí un escalofrío.

-¿Qué onda, Zayn? Hace mucho que no venías aquí− me saludó Ted cuando me vio e hicimos el saludo de chicos.

−Lo sé, perdón, Ted− me disculpé encogiéndome de hombros y sonriendo un poco.

−No te preocupes, hermano. ¿Qué hiciste para sonreír? Creo que es la primera vez que te veo con una sonrisa en la cara− dijo él con confusión, pero al mismo tiempo riendo.

−No lo sé, tal vez porque he estado saliendo más− dije mientras me recargaba en la pared, a su lado.

−Pues creo que esa sonrisa es más bien por una chica− declaró él después de haberme observado. Ted tenía un cabello rubio cenizo, la cara con muchos granos y ojos azules, sólo que un azul muy diferente a los de Brooklyn.

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