Jimin y Jungkook son mejores amigos hasta se podría decir que almas gemelas pero platónicas, saben todo sobre el otro pero a Jungkook no le viene el compromiso por todo lo que ha visto en su padre y por eso él solo tiene personas para pasar el rato...
Iba caminando con Jimin enganchado a mi brazo y yo iba intentando caminar con la misma pierna que el, para ir sincronizados.
-No tienes que acomodar todo tu horario para acompañarme a todos lados, Tae me iba a acompañar pero en estas temporadas esta muy ocupado en el trabajo- Me decía con una linda sonrisa.
-Lo sé, pero eso es lo que haría una buena dama, acompañarte y apoyarte en todo- le digo respondiendole la sonrisa.
-Wow, que gran cambio, me sorprendes- Dice adentrándose al lugar.
-He cambiado, he mejorado mucho- le guiño el ojo.
-No sé por dónde empezar, no sé de estas cosas- Decía Jimin nervioso entrando a una tienda de vajillas.
-Al escogerla debes de pensar en que tipo de entretenimiento vas a dar y que tipo de comida, ah, mira esto.
Me dedicaba a agarrar varias vajillas de diferente forma y colores, entonces empezaba a rodarlas en el aire, mientras Jimin solo me miraba aterrado de que fuera a tirar algo.
-No te preocupes, no tengas miedo de combinar y jugar con los estilos, haz que cobre color con elegancia, esa es la meta y así al final de día encontrarás la perfecta conexión- orgulloso dejé los platos acomodados. La gente que me miraba empezaba a aplaudir y eso me hacía sentir aún más orgullo.
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-Sí crees que soy bueno con la vajilla, te tengo una sorpresa.
Subíamos por las escaleras eléctricas pero él me distraía de mi objetivo jalandóme a una tienda de lencería.
-Ayúdame a escoger lo que usaré en mi noche de bodas.
-NO- fue lo único que atine a decir.
-¿Estas loco? Eres la persona perfecta para el trabajo. ¿Quién ha quitado más lencería que tú? Que tú promiscuidad sirva de algo.
Suspiré.
-Buen punto.
Jimin entró a un cubículo a cambiarse, mientras yo me paseaba alrededor.
-Y cómo van con el gran consejo escocés?
-Ahhhh, bien, Eunwoo logró que aprobaran todo.
-Excelente, yo.... sé que va a sonar gracioso pero tengo que darte las gracias.
Estaba demasiado nervioso.
-¿Por qué?- preguntó
-Por pedirme que sea tu dama de honor, sí, sé que sonará extraño pero me abriste los ojos a esta idea del matrimonio, Jimin.
Se burlaba, se escuchaba al otro lado de la cortina una risa.
