─━★ Parte Uno ★━─

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- Kuku, ¿dónde está el azúcar? - Preguntó Enzo, buscando entre las repisas de la cocina.

- Ahi arriba. - Señaló el recien nombrado, al último lugar que le quedaba por revisar. - ¿Para qué queres igual? -

- Para el mate. -

- Sos un asco. - Ambos voltean hacia donde provenia la voz. Era Matias entrando, envuelto en una toalla. - Tenes que ser fracasado como para que te guste el mate dulce... - Levantó manos y hombros a la vez, como diciendo "nose, digo yo".

El uruguayo rodó los ojos ante su comentario. - Amigo sos insoportable, de onda te lo digo. -

- Igual no se equivoca con que es un asco... -

- Esteban, no lo defiendas. -

- Sos re maricon Enzu, no te bancas una. Pero igualmente, el mate es amargo o no es mate, para eso hacete tereré. - Habló nuevamente Matías mientras se secaba un poco el pelo para no gotear en el piso.

- Dejame tomar el mate como se me canta el forro del orto, Recalt, por algo me traje mi propio mate. -

- Dijimi timir il miti cimi si mi cinti ñiñiñi, llorón. - Agarró el parlante, su razón para entrar a la quinta en vez de seguir metido en la plieta.

- A tu vieja la hago llorar mientras me la empomo. -

Esteban terminó su primer mate y se levantó rumbo a la puerta. - Bueno cortenla che, no hay un dia que no discutan por pelotudeces. -

- Él empieza. - Se excusó falsamente el argentino, cruzandose de brazos.

- Si dale ahora yo tengo la culpa, para nada el Peque Porteño. -

- Posta dejense de joder un rato, parecen nenes de 5 años amigo. Dale salgan y no rompan nada. - Los tres agarraron todo lo que necesitaban y salieron juntos al patio, donde se encontraba el resto de sus amigos.

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Algunos pasaron la tarde nadando y jugando al marco polo y juegos por el estilo para pasar el rato, otros cebando mates y morfando facturas o galletitas, de vez en cuando iban rotando de actividad, todo con una playlist hecha por Juan Ignacio de fondo.
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- ¡Marco! - Gritó Pardella con los ojos cerrados en el medio de la pileta. Tras varios segundos sin respuesta, exclamó. - Dale hijos de puta, respondan cuando digo Marco. -

- ¡Polo! - Se escuchó al unisolo desde varias direcciones, unos se escucharon mas fuertes y otros en susurros. Agustin con el oído atento desde hace rato, nadó rápidamente hasta el "polo" mas cercano que logró escuchar. El agua a causa de los movimientos bruscos de varios no ayudaba en su busqueda a ciegas, pero afortunadamente (o desgraciadamente) agarró un brazo ajeno. Éste trato de safarse del agarre sin exito, tratando de hacer el mayor silencio posible para no delatarse hablando.

El de rulos paso sus manos por la cabeza del desconocido, tratando de reconocerlo por el tacto y memoria. - Es... ¿Enzo? - Se escucharon varios gritos, mayormente celebrando que al fin haya adivinado luego de nueve intentos. Abrió los ojos y, efectivamente, era Enzo. Cambiaron de roles, ahora al que le tocaba buscar a ciegas era a él.
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Lo giraron unas 20 veces, para asegurarse de que no se acordaba ninguna ubicación. Las primeras veces preguntando fueron rapidas, era simplemente un "¿Marco?" "Polo" "¿Tierra?" "Nadie/Alguien", sin buen resultado para el buscador.
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Nuevamente preguntó, y la mayoria le respondió a excepción de uno. El uruguayo sintió el moviento del agua atrás suyo por lo que fue más rápido y trato de arrinconarlo contra la esquina, no sabia quien era pero para joder, gritó. - ¡Recalt, te faltó responder! - Realmente él no sabía que el recien nombrado era el arrinconado, pero un murmuro casi inauditible lo delató. Agarró su brazo para que no se escapara y comenzó a tocarle la cabeza, en busqueda de confirmar al cien por ciento su teoría. Comenzó por su pelo, sintiendo cortos mechones mojados bajo su tacto, enrolló un par por sus dedos una segundo para pelotudear y sintió un suspiro del acorrolado. Le parecio curioso, solo él lo había presenciado, pero prefirio ignorarlo por el momento. Luego por sus mejillas y terminando por su nariz, remarcandola unos dos segundos.

Los que se pelean, se desean. || Enzo Vogrincic x Matías RecaltDonde viven las historias. Descúbrelo ahora