5

389 71 6
                                    

Parte 2

Durante el atardecer del viernes, mis padres fueron temprano al bosque. Yo les mentí, diciéndoles que iría más tarde, con Nat. Él me vino a buscar cerca de las nueve de la noche, y partimos a casa de Prem. Net y Boun ya estaban allí. Mientras hablábamos, le pregunté acerca de Nunew. Me dijo que el omega iba a quedarse solo, que sus padres ya se fueron y Park se marchó a mediodía.

Por lo que me contó Boun, Prem ya sospechaba algo de lo que íbamos a hacer, pero tampoco quiso hacer preguntas algunas. Por eso, no puso expresión sorprendida cuando les dijimos que ellos se adelantaran, que les encontraríamos más tarde, en las cuevas que encontramos semanas atrás. Nat arrugó el ceño.

―Pero ¿qué van a hacer? ―preguntó, molesto.

―Nat ―suspiré, agarrándolo de los hombros―, por favor, hazme caso. Nos veremos más tarde, bebé ―le sostuve de la barbilla con una mano―. Si eres un lobo buenito para mí, te daré un premio.

El omega vaciló otro momento, que Prem aprovechó para pasar un brazo por sus hombros.

―¡Anímate! ―dijo Prem―. Podemos tener un momento sólo de omegas, ¡te enseñaré a seducir a tu alfa!

Nat enrojeció con fuerza, pero la broma de Prem sirvió para relajarlo un poco. Sin embargo, antes de irse, me dirigió otra mirada. En sus ojos leí que tenía una idea de lo que ocurriría, pero confiaba en mí.

Una vez se fueron, con Prem y Net fuimos al vehículo del último, un silencio extraño entre nosotros. Net no tardó en conducir hacia la casa de Nunew, todas las calles en silencio, porque todos estaban en el bosque.

Entramos por la puerta de la cocina, que estaba siempre sin seguro. Todo el primer piso estaba a oscuras, aunque desde fuera vimos que el cuarto de Nunew estaba con la luz prendida.

―¿Hay alguien? ―preguntó de pronto Nunew, cuando estábamos subiendo las escaleras―. ¿Natie?

―Nunew ―habló Boun, callando al omega, y abrió la puerta―. Hey, ¿qué tal?

―¿Qué están haciendo aquí? ―Nunew nos observó, confundido―. ¿No deberían estar...?

―Nunew ―Net se adelantó―, ¿puedes caminar?

―¿Ah? ―su expresión seguía atónita―. Con ayuda, sí, pero...

―Vamos a sacarte de aquí ―continuó Net, usando ese tono de voz relajante para hablar―, Zee...

Ante el nombre de su novio, la expresión de Nunew pareció cambiar a ilusión y ansiedad. El cambio fue tan rápido que todos quedamos sorprendidos, callados un instante.

―¿Zee? ―preguntó, apresurado―. ¿Está aquí? ¡Quiero verlo, Net! ¡Ya no aguanto más, quiero estar con él! ¿Dónde está Zee?

―Nu, oye ―hablé, y él me miró―, no está aquí, pero... pero ¿tienes todo listo?

Me observó un instante más, en silencio, antes de moverse en la cama, apoyando sus pies en el suelo. Su panza realmente estaba muy grande.

Se inclinó, agarrando algo de debajo de la cama.

―Mis cosas ―me dijo, sacando su bolso―, son... son las cosas que ustedes me dieron y algunas más...

No dijimos nada más y nos pusimos en movimiento. Net fue a recoger el bolso, mientras que Boun comenzó a ayudar a Nunew a vestirse con algo rápido, para que no pasara frío. Luego, entre los dos pusimos de pie al omega y le ayudamos a salir del cuarto, bajar las escaleras e ir al auto.

―¿Dónde está Zee? ―volvió a preguntar Nunew, mientras íbamos hacia el vehículo.

―Nos está esperando ―dijo Net, que tenía más detalles que nosotros―, él se comunicó conmigo para esto, Nu.

DANCE TO THISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora