Mi princesa suicida

Capitulo 3

-venga pruebala-juan-

- voy voy-paula-

-a que esta rica?

-esta buenisima

-pues venga a disfrutar, y a comer mucho

-mucho no se si voy a poder, se me esta revolviendo el estomago

-tomatela despacio no hay prisa

-esta super buena, me encanta

-lo se, ya te lo habia dicho

-tenias razon, si al final nos la vamos a comer toda

-y lo mejor esque no vas a vomitar

-ya que bien

-sabes una cosa? es la primera vez que te veo sonreír hoy

-yo no sonrío

-pues yo te acabo de ver

-pues no te acostumbres, no me gusta sonreír

-pues yo voy a hacer que tengas siempre esa preciosas sonrisa dibujada en tu cara

-pues te va a costar

-dificíl no significa imposible

-eres muy cabezota

- lo se, contigo sobretodo

-pero que tengo yo de especial?

-eres increíble

-como que soy increíble, todo lo contrario, soy gilipollas

-no que va, has podido cometer mucho errores, pero mírate los estas superando todos

-como sabes eso?

-pues porque me vas a prometer que no te vas a volver a cortar

-esa promesa la he incumplido tantas veces, eso no lo puedo controlar, es como cuando lloras, la lluvia cae porque las nubes ya no aguantan el peso, las lagrimas caen porque el corazón ya no aguanta el dolor, pero a mi llorar ya no me servia, entonces mis lagrimas son la sangre

-no, si se como te sientes

-como lo sabes? nadie suele entenderlo, siempre dicen que cortarse no sirve de nada bla bla bla

-pues porque yo también lo he hecho

-que?!?!tu?porque?

-mira sigo teniendo las cicatrices

-a ver

me fije bien en su brazo, me quede muy sorprendida, tenia bastantes, y se notaba que se las había hecho fuerte

-porque lo hicistes?

-pues por la misma que la tuya, yo también me daba asco, y llorar tampoco me servia de nada

-pero tu eres guapo, tienes un cuerpázo que lo flipas, yo en cambio soy fea, y antes tenia sobre peso, tampoco mucho, pero cada vez que me ponía el biquini para salir a la piscina, me miraba, y me daba tanto asco, que se me quitaban las ganas de ir a la piscina

Me agarro de la cintura, y mirándome a los ojos me dijo

-para mi eres preciosa

Derrepente, nuestros labios chocaron