Impostor // [Kookmin]

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- El dinero no puede comprar la
felicidad, pero puede alquilarte
el paraíso
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Un padre alcohólico, una madre enferma y un hermano rebelde; eso era lo que tenía en casa, su vida parecía normal fuera de aquella casa vieja. Por fuera era un chico educado, digno de ir a aquella preparatoria prestigiosa, pero por dentro era un chico destruido que disfrazaba sus frustraciones de placer.

Tal cual cuento de fantasía; por el día era el chico educado, inteligente y el ejemplo a seguir para muchos, pero por la noche...era la atracción principal de un bar de mala muerte que llevaba el pan a la mesa de su casa. La perra más cotizada entre los sucios misóginos que visitaban aquel lugar a espaldas de sus esposas.

Desde políticos, hasta el sucio ladrón de las calles eran el nuevo amor de cada noche, claro...siempre y cuando pudieran llegar al precio.

- El dinero si puede comprar la felicidad y cuesta doscientos dólares la hora

Su vida era una constante rutina que rogaba al cielo o al infierno, algún día pudiera terminar. Noches de bailes eróticos que terminaban en sexo por dinero.

Y todo fue así hasta que lo conoció a él, un hombre de buen ver, aquel que tenía el infierno reflejado en los ojos; dónde estarías más que satisfecho de quemarte.

La sola presencia de ese hombre le hizo pensar que toda su vida cambiaría y daría un giro de ciento ochenta grados y así fue...

- Vamos cariño...puedes lamer la punta y luego meterlo completo?

- Me estoy volviendo loco cuando me llamas "cariño"

- Shh, cierra los ojos...te llevaré al cielo...

- No me lleves al cielo, cógeme en el infierno. Moriría por ti cariño. Me vuelves loco.

Su vida siguió con aquel sexo nocturno disfrazado de baile, pues al principe no le importaba compartir el cuerpo de la estrella.

Para muchos aquel príncipe era la burla pues dejaba que su pareja se acostara con más de díez hombres por la noche, pero a él no le importaba lo que los demás pensaran pues a él le fascinaba la sensualidad en el chico al bailar, lo que pasará detrás de las cortinas era emocionante de mirar, pues las expresiones en rostro del contrario eran simplemente subliminales

Sus jadeos, sus movimientos, el sudor corriendo por cada centímetro de su cuerpo era la mejor escena jamás grabada de Hollywood.

- ¿De verdad te parece bien mirar a tu chico teniendo sexo con otro hombre?

- No me importa, yo soy como Superman y él una estrella porno

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- ¿Crees que es así de fácil, Park?

Jimin miro al imponente hombre a unos metros de él y sonrió de manera cínica

- ¿Ninguna de tus perras quiso pasar la noche contigo hoy?

- Park, baja de ahí - ordenó

- Ya no soy tu pareja Jeon, no tengo porque obedecer tus órdenes - se cruzó de brazos, dispuesto a poner a prueba la paciencia del idiota frente a él - ¿Cómo me encontraste?

- Soy Killer Jeon, y yo siempre te encontraré sin importar dónde te escondas

- Creeme Jeon, hay un lugar donde ni siquiera tu mano pude llegar - dió un paso al frente y puso las manos sobre sus caderas mirándolo con superioridad - Un puto infierno peor que el tuyo...