Capitulo 4

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-En diez minutos llego - le dijo rainbow dash por teléfono a pinkie pie, ya pasó a buscar a todas, solo falta ella
- Están seguras, creo que se deberían de acostumbrar a salir sin mi...
- ¡Deja de decir cualquier cosa! Nunca vamos a dejar de ser amigas
- Si se los digo es porque es verdad
- Vamos Pinkie, aunque sea ve a divertirte, no puedes estar en pijama todo el día sin salir se tu casa
- Estuve así dos semanas - ya parecía que estaba subiendo un poco su ánimo así que rainbow dash estaba cumpliendo su cometido
- bueno, entonces es momento de cambiar, ¿No crees? - Pinkie Pie le devolvió una risa, pero esta vez no era apagada, esta vez si estaba feliz. Rainbow Dash se lo contó al resto, y todas se sintieron felices de haberle subido el ánimo.
     Llegaron al centro comercial y fueron a la heladería, parecía que Pinkie Pie estaba feliz, en especial cuando descubrió el nuevo sabor cupkecke y comer muchísimo. Sus amigas estaban orgullosas, pero los sentimientos de Pinkie Pie eran difíciles esta semana, ahora puede estar feliz, pero mañana podría estar deprimida. Rarity decidió invitarla a comprar ropa, tal vez no era la manera en la que Pinkie Pie más disfrutaría, pero la iba a distraer, incluso dijo que ella iba a pagarle todo lo que quisiera, y por las dudas el resto se sumaron, ya parecía que la tarjeta de Rarity iba a explotar cuando la cara de su amiga se iluminó al dar los detalles, pasaron una tarde increíble, pero Pinkie Pie parecía evitar un poco a Twilligth, no la dejaba de lado, pero no le prestaba tanta atención como a las demás, aunque solo Sunset Shimer se dio cuenta de esto, ya que Twilligth estuvo hablando mucho con AppleJack más que con el resto por alguna razón sin importancia. Y Sunset Shimer tenía sus teorías, pero sentía que eran sus alucinaciones.

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Volvieron a dejar a Pinkie Pie en su casa, todas estaban cansadas y con más dinero del que esperaban ya que terminaron comprando muy poco. Cuando Pinkie Pie paso por la puerta piso una carta, esta vez no le dejo un regalo, solo fue una carta, y estuvo a nada de tirarla, pero por algún impulso la leyó, y cayeron lágrimas por sus mejillas.
"Querida amada:
Perdón por insistir tanto, estuve mal, esta será mi última carta, pero en caso que cambies de opinión y quieras tener una cita te paso mi número, esta en la parte de atrás del sobre, aremos lo que tu quieras, incluso si una de las cosas es dejar de quererte como lo hago, pero te voy a respetar.
Besos"
Leyó el número, lo pensó más de veinte veces, no quería que Twilligth se entere y era la que más lejos vivía, así que tenía tiempo, lo llamo, hizo exactamente lo que sus amigas le dijeron que no haga, pero ya tenia un sentimiento de culpa.
- H...hola...
- Hola, ¿Pinkie?
- Si, y te quería decir mi decisión...
- ¿Que esperas? Aremos lo que tu quieras, ¿Supongo que leíste la carta?
- Si, la lei, y te quería decir que...
- hmm
- Que si quieres podemos vernos en dos días a las siete de la tarde...
- Excelente, ¿Te paso a buscar?
- No, ve al cine, te espero allí...
- Lo que digas mi reina, adiós
- Adiós - corto la llamada y se largo a llorar, lo que hacía estaba mal y lo sabia, pero tenía un sentimiento de culpa interno luego de rechazarlo tanto que decidió aceptarlo, ya no le quedaba nada que perder...

¿Si lo soy?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora