❝Puedo decir con seguridad que en nuestras próximas vidas nos volveremos a encontrar y amar. Porque somos únicos.❞
Soi Fong y Jon son muy distintos de los pies a la cabeza. Jon es un héroe de otro planeta y Soi Fong una capitana del Gotei 13, pero a...
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❝Cada vez que veo algo hermoso quiero que tú también lo veas.❞
—Lili Reinhart.
Tres semanas. Esas dos palabras fueron para Jon como una bendición venida del cielo. A Soi Fong le habían permitido quedarse tres semanas en el mundo de los vivos por "consejo médico" —traducción, Kotetsu la había obligado a alejarse del estrés de nuev— y lo había llamado para decirle que pasaría ese tiempo con él, cuando escuchó eso Jon tuvo que ahogar en su garganta el grito de alegría que se le quiso escapar y en cambio sonó un ruido gutural bastante extraño, que no pudo ver, que hizo que Soi Fong sonriera desde el otro lado de la llamada.
El tiempo pasaba tan rápido que ni siquiera se había dado cuenta, ya habían pasado cinco meses desde que se mudó de los dormitorios, ya estaba en su tercer año, milagrosamente había logrado conservar su trabajo en la floristería a pesar de sus múltiples escapadas para ayudar a su padre a mantener la ciudad bajo control, y había pasado el año nuevo.
Un año nuevo sin Soi Fong, por desgracia.
Obviamente, habían pasado un rato juntos por videollamada y se habían mandado sus respectivos regalos con anticipación, pero su tiempo no sólo había sido limitado al tener el joven que atender a los otros miembros de la familia sumado a los Wayne, sino que cuando llegó el conteo final y los fuegos artificiales estallaron, Jon se giró a felicitar a su novia y al caer en cuenta (de nuevo) de que ella estaba en una pantalla, en donde no la podía abrazar ni besar, sintió que se estrujaba algo en su corazón, y a juzgar por la mirada que le envió ella no estaba tan diferente a él. Pudieron hablar con un poco más de calma cuando la fiesta terminó y todos se retiraron a descansar -los Wayne durmieron en la habitación de invitados y Jon durmió en su antigua habitación-, y puede que las copas que había tomado lo hubiesen afectado más de lo que quería, pero durante la charla Jon se fue poniendo cada vez más triste al grado de que unas dos lágrimas se le escaparon.
De por sí era difícil para él estar a diario sin poder verla más que un par de veces al mes, pero no haberla podido tener a su lado celebrando el año nuevo, quizá dándose un beso al primer estallido de los fuegos artificiales como hacían otras parejas, se sintió como una especie de quiebre, de esos que no le gustaba sufrir cuando estaba con Shao.
Al ver las lágrimas de su novio los ojos de Soi Fong se habían llenado de tristeza, porque incluso ella podía entender a qué se debían.
—Te echo muchísimo de menos, Shao —le había dicho Jon, con su voz ligeramente quebrada y sus grandes ojos azules húmedos. —Yo también te echo de menos, Jon —la joven se sentó más cerca de su portatil y se inclinó, como si tratase de acercarse a su novio lo que la pantalla le permitiese—. Te aseguro que de tener la más mínima oportunidad hubiera ido a festejar contigo, pero el comandante Kyoraku nos tiene a todos los capitanes atados de manos. La situación en el Seireitei es complicada. —Lo sé —Jon sonrió tristemente—. No es tu culpa. —Siento mucho hacerte sentir así, Jonny. No lo mereces.
