╰┈➤ 𝗠𝗔𝗦 𝗔𝗟𝗟𝗔 𝗦𝗘 𝗟𝗔𝗦 𝗦𝗢𝗠𝗕𝗥𝗔𝗦 de las akumatizaciones de Hawkmoth y los dos superhéroes de París, otro héroe yacía, escondido en la oscuridad. Escondido en las sombras.
Ella también lucha por la raza humana. Pero ella lucha contra a...
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TU ÚLTIMO DÍA ANTES DE QUE COMENZARA LA ESCUELA LA PASASTE CON SEBASTIÁN.
Te había arrastrado fuera de tu habitación con una sonrisa alegre, arrastrándote a la cocina para hornear con él.
Actuaste molesta por toda la terrible experiencia, pero a decir verdad, fue agradable tener a alguien feliz de pasar tiempo contigo y que quisiera pasar tiempo contigo.
Y Sebastián estaba feliz de tener a alguien en su casa nuevamente. Después de lo ocurrido, se había sentido tan solo que casi le resultaba agobiante. pero tener algo de compañía sin duda resultaría útil.
En el mismo día, horneaste un pastel, dos tandas de galletas y pastelitos y una tanda de brownies. Bueno, quiero decir que no fue tan impactante considerando que el hombre tenía cinco hornos.
Y aunque nunca lo admitirías, te divertiste un poco, siendo sorprendido sonriendo muy a menudo, a lo que Sebastián simplemente sonreía y decía algo como.
── ¡Ja! sabía que te gustaba aquí
Una vez hecho todo eso, Sebastián había pedido la cena en un lugar de comida al final de la calle.
Dijo que se llamaba "pizza".
Era un extraño pan redondo con salsa, queso y algún tipo de carne encima. Fue realmente extraño, pero bastante delicioso. Nunca habías visto algo así en casa, así que fue una cena nueva pero bienvenida.
Al regresar a tu habitación, estabas lleno.
Después de la cena, Sebastián había insistido en que probaras cada uno de los alimentos que habías horneado. Dios, estaban deliciosos, pero fue mucho.
Entras en tu habitación con poca luz, agarras la regadera de color verde salvia que estaba en un estante, ya llena de agua, rocías ligeramente algunas plantas y casi empapas otras.
Te cambias la sencilla ropa de estar por casa gris que habías estado usando y te pones tu uniforme de cazador de demonios.
Tenías que hacer espacio para el tiempo de entrenamiento, por lo que la noche era probablemente tu única opción.
Agarras tu katana blanca pura, la aseguras en tu cadera antes de recogerte el cabello en su estilo habitual, una cola de caballo de burbujas, y sales por la puerta trasera.
Caminando por el sereno y exuberante jardín mientras las mariposas te rodean te recuerdan mucho a la finca de mariposas, llegas a un área que Sebastián te dijo que era un "campo de fútbol".
Uno se pregunta cómo diablos encaja toda esta mierda en su jardín trasero, pero insiste en que no es tanto.
Te diriges al campo grande, parado en el medio del campo, antes de comenzar a mover tu espada.
Hiciste unos cuantos movimientos de espada simples antes de pasar a algunos calentamientos más. Hiciste quinientas flexiones, setecientos abdominales y mil dominadas desde una barra que habías encontrado.
