Padre Oviedo

337 23 0
                                    

-Mamá, no sé por qué te empeñas tanto. No voy a ser monja, ¿te cabe?

Sacó un cigarrillo del paquete y lo encendió, con la ayuda del mechero.

-Hija, es por tu bien. Me lo agradecerás.

Rodeó los ojos mientras sacudía suavemente el cigarrillo.

-Solo quieres librarte de mí.

Agarró su maleta, entrando por la gran puerta a su nueva vida.

Padre OviedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora