Capítulo 11.

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Las personas suelen asociar sus emociones con un sentimiento, y en mi caso, mis celos se transmutan en tristeza.

Respiré con profundidad, mirando a la nada. Pensando cómo debería actuar ahora, ahora le agradezco a mi poca inteligencia por no haberme permitido actuar de manera impulsiva frente a Nathan y la chica a su lado. Gracias, universo, por darme fuerzas de huir, así sea para llorar un momento.

Soy de esas personas que siempre escuchan a los demás hablar sobre sus cosas, pero generalmente, me abstengo de hacerlo con las mías. Suelo repetirme "como es por fuera, es por dentro" y solo yo puedo aclarar mis problemas, sin llegar a juzgar a quienes buscan por ayuda, de hecho son muy valientes.

Solo tenía una respuesta para que Nathan haya dado con la dirección del apartamento donde estoy y esté tocando el timbre para nada calmado como suele mostrarse ante los demás, mis padres. Ellos y solo mis amigas saben mi dirección, y dudo mucho que ellas lo hayan hecho.

– ¿Le dijo a mis padres que lo encontré abrazando a una chica super linda en su oficina y por esa razón le dieron mi dirección? – Pregunté tras la puerta evitando el quiebre de mi voz. Puedo observar su rostro por la videocámara que hay en la puerta.

– Violet, mi preciosa nubecita, estás soltando pequeños rayos. Ábreme, por favor. – Sus palabras no me convencían en lo absoluto. – Es mi prima. Si te hubieras quedado un poco más, lo podías haber descubierto por ti misma. – En el tono de su voz se podía notar la bruma. Abrí la puerta, dejando ver solo mi cabeza.

– ¿Entonces, si me esperaste? – Debía admitir que estaba avergonzada.

– Toda mi vida, mi vida.

Abrí la puerta completamente, dejando ver mi outfit de pijama con ositos. ¡Estaba triste!

– Te lo dije hace cinco años. En cinco años, para toda la vida, Violet. No hay forma en la que puedas cambiar mi opinión de hacerte mi esposa. No huyas nunca de mi amor y hazte responsable del mismo. – Llevó su mano derecha a mi mejilla, dando suaves caricias a esta. En el momento en que abrí mi boca para responder, se inclinó hacia mis labios, rozándolos con premura.

— Lo siento, actúe como una pequeña. – Hice un pequeño puchero avergonzado.

Él solo sonrió, siendo el culpable de mis desenfrenados latidos.

– Eres mi pequeña, Violet.

...................💙

– Nathan. – Llamé con suavidad y casi dormida por sus caricias en mi cabello mientras estábamos en el sofá.

– ¿Sí, mi nubecita? – espetó sin detener sus caricias.

– Eres como una nebulosa*, aunque sería vaga la comparación. Lo que quiero decir, Than es que por mucho que cambies seguirás siendo hermoso. Incluso si ahora tienes esa fea barba. – Sonreí a lo último sabiendo que era mentira, su barba estaba perfectamente definida, haciéndole ver más varonil.

Detuvo sus caricias y puso ambas manos a los lados de mi rostro, permitiéndome ver el brillo en sus ojos.

– Entonces tú eres mi cuásar*, porque siempre brillaste para mí a pesar de la distancia.

Apreté los labios, evitando llorar, escuchando el rápido golpeteo de mi corazón. Que Nathan se interese por mis gustos, es maravilloso, pero que los interprete para mí, es exquisito.

– Nuestro universo es extenso.

– Lo es, y se llama Natt. De Nathan y Violet



*Nebulosa: Fenómeno astronómico consecuencia del agotamiento de una estrella, hecha de gas y polvo.

*Cuásar: Fenómeno astronómico más brillante del universo.

En Cinco Años #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora