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El día se iba oscureciendo y me dí cuenta de eso al ver los colores del atardecer entrar por mi ventana.
Eran de esos domingos aburridos que no tienes nada que hacer más que distraerte con lo primero que encuentres.
Y eso hacía, tratar de distraerme viendo películas, pero, sentía una incomodidad dentro de mí. Mis feromonas empezaban a olerse aún con más intensidad, inundando todo mi dormitorio. Lo entendí al instante, mi celo se acercaba o tal vez ya estaba empezando.
Recordé el mensaje de Sapnap.
"Hoy traeré a mis amigos, por favor, encierrate en tu cuarto y no salgas ¿si hermanito?"
Rodeé los ojos.
Todos los domingos eran iguales, aprovechaba la ausencia de papás para traer a los idiotas de sus amigos.
Aunque, tenía que admitirlo, solo uno se salvaba de todos ellos.
Ese castaño con grandes ojos y linda sonrisa.
Negué con mi cabeza tratando de borrar todo tipo de pensamientos y es que los síntomas me hacen pensar en tonterías supongo.
Al parecer no estuve prestanto atención del todo a la película frente a mí que ya había pasado veinte minutos y no había entendido nada. Y es que mi atención se fue hacía los sonidos provenientes del primer piso indicando que mi hermano y sus amigos ya estaban aquí.
El olor a fresas era cada vez más fuerte haciéndome ahogar a mí mismo entre mi propio olor. Los síntomas se volvían más intensos y empezaban a doler, la única solución eran esas pastillas que compré la otra vez.
Busqué por todo mi cuarto por unos cuantos minutos para luego recordar en donde lo dejé.
En el primer piso.
Marqué al celular de Sapnap, una y otra vez cerrando los ojos tratando de controlar los dolores infernales.
Pero él simplemente no contestaba.
Le pedí perdón mentalmente pero tenía que bajar, y sé que me iba a regañar por salir en estas condiciones pero él no lo entendería.
Al abrir mi puerta lentamente los sonidos se fueron de la sala de estar del primer piso, agradecí al universo y empecé a bajar las escaleras sin hacer ningún tipo de ruido. Cuando llegué al piso subí mi mirada orgulloso sin esperar encontrarme con ese castaño sentado en el sillón solo mientras me veía con una sonrisa de lado.
¿Y sus amigos?
¿Porqué está solo él?
Automáticamente mis mejillas se tornaron rojas.
— H-hola... perdón solo bajé por unas cosas, ya me voy. — Dije mientras iba rápidamente a la cocina.
Olvidando totalmente que todo mi olor quedaría impregnado en TODA LA CASA.
Ahora me daba vergüenza regresar y tener que verle la cara.
Después de contar hasta cinco suspiré y fuí hacía la sala de estar, tratando de ignorarlo e ir corriendo hacía mi cuarto pero él habló.
— Espera George.
Se acordó mi nombre...
— ¿Sí? — Volteó lentamente mientras el sudor empezaba a caer de mi frente por el dolor que provocaba los síntomas.
Mi mente solo decía sexo, sexo y sexo.
— ¿Estás mal?
¿Enserio lo pregunta?
— ¿Si? Necesito irme. — Mientras mi pie ya estaba por subir la primera grada por un momento me preocupó no ver a mi hermanito. — ¿Y Sapnap?
— Ah, no está, salió por unos tragos regresará dentro de una hora.
— ¿Por qué estás solo? ¿Y los demás?
No tenía idea de porqué seguía haciendo preguntas si lo único que quería era ir corriendo hacía mi cuarto.
— Me dijeron que me quedará y cuidará la casa.
— ¿Ah? Bueno...
Volví a retomar mi camino hacía mi cuarto para después encerrarme y tomar la pastilla de una vez por todas.
A pesar de eso, no hacía efecto ahí mismo, así que tuve que ingeniarme y ver como votaba las ganas tan inmensas de coger.
Fuí hacía el baño para luego de eso bajar del cierre de mi pantalón y empezar a masturbarme. Quería acabar rápido así que aumenté la rapidez en la que lo hacía, causandome gemidos que no me importaba que se escuchen, no había nadie en casa más que él, no se escucharía hasta el primer piso.
Seguí haciendolo con rapidez mientras en mi mente solo estaba él. Ese alfa con olor a menta que se encontraba sentado ahora mismo a metros de mí.
Nadie en casa. Solo nosotros dos. Un omega en celo y un alfa tal vez dispuesto a satisfacer sus necesidades.
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Strawberry and mint.
FanficUn omega en celo entrando en locura dentro de su dormitorio. El mejor amigo de su hermano en la sala. (un poco corto y en proceso)