capitulo 6

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De nuevo.

Otro show dado por terminado cuando rosita bajaba del escenario. Cada noche había más personas visitando el club nocturno para verla, una deslumbrante estrella que dejaba sin aliento a cualquiera que visitaba el lugar.

La comunidad LGBT aún debía esconderse, porque gran población de Corea los aborrecía y solo deseaba que desaparecieran ya que ensuciaban la reputación, una reputación que todos querían mantener en pie, ya que nadie estaba orgulloso de que su hijo o hija fuera diferente, si no estudias en la mejor universidad no tendrás el mejor trabajó y serás un fracasado. Así funciona, si no tienes esto no tienes aquello. Si eres homosexual simplemente nunca serás merecedor de una vida respetable.

Así que el hecho de que el club nocturno siga en pie y logré atraer a gente hasta de otros lugares del mundo, era un logró enorme. Rosita solo se presentaba una vez en la noche y luego desaparecía, era uno de los momentos más anhelados y jungkook desde hace dos semanas que no puede dejar de verlo, es inevitable.

Era martes en la noche, rosita termino de presentarse y desapareció tan rápido como llegó, ese día Jungkook canceló sus reuniones y cena con su esposa para verlo a el. Como un descarado se ganaba un "gracias cariño" cuando atendía el llanto nocturno de su bebé, Tzuyu pensaba que su esposo era el mejor por sacrificar sus horas de sueño, para cuidar de noche a su retoño luego de una extensa jornada laboral. Lo que ella no sabía era que las buenas acciones de su esposo, no son más que resultado de la gran culpa que le carcomía la cabeza.

Hace casi un año que no toca a su esposa, la intimidad en el matrimonio de limitó a besos pequeños y casuales. No puede, simplemente no puede tocarla y Jungkook sabe que su esposa no se siente bien con eso.

Ese día Jungkook fue a verlo, obligándose a prometer que nunca más volvería a ese lugar. Promesa que rompe cada día, pero debía irse y no dejar rastro de su visita, camina entre la multitud para salir rápido de aquel lugar. Cuando camina hacia su auto hay una persona fumando afuera del club, no le presta atención hasta que le habla.

— ¿Le gustó show?

Una simple pregunta hace que su cuerpo se paralice, tal vez no era la pregunta si no quien la hizo.

Se dio la vuelta para encararlo, ver a los ojos a ese rubio descarado que ahora lo miraba con un cigarro entre sus dedos, lo llevo a su boca y luego expulsó el humo sin quitarle la mirada a Jungkook, no tenía expresión alguna. Luego de llorar por tanto tiempo solo le quedaba sentir el dolor internamente ya que sus lágrimas se secaron y no tenía fuerzas para seguir mojando la almohada de su cama por un hombre que solo jugaba con su paciencia.

Jungkook iba a decir algo pero rápidamente jimin lo interrumpió.

— No diga nada, señor jeon — Interrumpió el rubio y antes de acercarse a Jungkook tiro el cigarro aplastándolo con sus botas largas de cuero—  Me parece ridículo que siga viniendo, luego de que me dejo en claro que no quería volver a verme.

Jimin tomó entre sus manos la corbata de Jungkook mientras lo encaraba, el mayor se dió cuenta de que sus ojos estaban un poco hinchado su nariz roja, quiso decir tantas cosas pero jimin simplemente se dio la vuelta para desaparecer por un callejón, no sin antes mirarlo una vez más, una mirada que fue suficiente para ir detrás de el, cada segundo la soga en su cuello se hacia las apretada y estaba más que claro era el mismo quien se llevaba a su perdición.

Jimin no cuestionó el hecho de que lo siguiera, solo termino guiándolo a lo que parecía ser su camerino.

Todo era femenino allí, enfrente del tocador había una cama que cualquiera podría imaginar que es de una adolescente con cierto fanatismo por el rosado.

PROHIBIDO | kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora