PARTE ÚNICA

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—Manjiro, te aviso que hoy después de clases tenemos reunión de profesores. No te vayas antes de tiempo ya que hay un anuncio importante que diré.

—Claro—respondió Mikey sorprendido ante aquel recordatorio de parte de quién fuera la directora de la escuela.

La mujer le sonrió y cerró la puerta de la sala de clases. Mikey miró el reloj que había en el lugar y suspiró al saber que solo quedaba una última clase que impartir. Últimamente se sentía un poco más cansado de lo habitual por lo que tan solo al sonar el timbre de término de clases, él al igual que los niños y niñas se iba directamente a casa a descansar.

Llevaba trabajando aproximadamente más de 1 año en una escuela como profesor de artes. Era uno de los profesores más jóvenes por lo que al momento de iniciar su camino en la educación de niños y niñas tuvo el constante apoyo de parte del equipo de profesores del mismo establecimiento. Todos tenían años de experiencia, por lo que Mikey agradeció cada muestra de ayuda que le mostraban sus pares.

Sin duda era un sitio ideal para trabajar dado a que la gran mayoría de sus colegas eran betas, por lo que no existía peligro para él. La única persona que sabía su condición de omega era la directora. Fueron meses enteros buscando un empleo como profesor y cada vez que pensaba que lo iban a contratar, no lo hacían por el hecho de ser un omega. Mikey aún solía recordar la vez en que la directora lo aceptó tal cual era, fue la primera vez que sentía que su vida volvía a tener sentido.

Sentado detrás de su mesón totalmente desordenado por diferentes lápices de colores, Mikey sonrió al percatarse que faltaba poco para su última clase del día y justamente era una de sus preferidas: la clase de arte con su curso asignado.

Ya habían pasado pocos meses desde que le asignaron ser responsable de un curso y sin duda esa fue la mejor noticia que pudo haber recibido desde que comenzó a trabajar. Tendría a su propio curso a quién guiar y acompañar por todo un año, por lo que su emoción era notoria para cualquiera que lo viera.

La puerta de la sala de clases se volvió a abrir y un grito se hizo presente en todo el lugar—¡Profesor Mikey!

Mikey soltó una risa y se levantó de su asiento para recibir a los primeros niños que llegaron a clases—Bienvenidos pequeños.

***

La clase acabó y la sala de clases quedó nuevamente vacía. Mikey fue rápidamente a la sala de profesores encontrándose con varias colegas en el camino, generalmente no conversaba con ellas pero se le hizo inevitable no escuchar algo que llamó su atención.

—Dicen que se sumará un nuevo profesor a la escuela. ¿Crees que sea jóven o viejo?—susurró una de las profesoras.

—Yo solo espero que sea un buen profesor para los niños—expresó la otra.

Mikey frunció los labios al oír aquel rumor. Personalmente no quería que nadie más llegara a la escuela. Tener que conocer a una nueva persona le resultaba todo un desafío.

El término socializar ya era un fastidio para él.

—Muy bien, creo que ya estamos todos—la directora alzó la voz provocando el silencio de todos en la sala—Sé que quieren irse lo más pronto a sus casas pero los convoqué a esta reunión sorpresa para presentarles a un nuevo integrante en nuestra comunidad educativa...

Florecer (takemikey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora