Fate: esperanza perdida. {Remake}

CAP 30

                                           La Horrible Resolución De SER UN Héroe

Japon, en alguna parte de esta isla nos centramos en un jóven de color azul, si un color no tan inusual en este mundo, tenía unos cuernos en su cabeza que destacaban entre las personas que lo veían, pasaba entre las personas como un fantasma, todo aquel que lo veía, perdía su interés tan solo unos segundos después.

Su ropa, era menos que basura, llevaba un suéter con capucha el cual estaba lleno de agujeros, sucio y desprendiendo un olor que incomodaba a otros, sus pantalones también estaban rotos, el color estaba perdido entre la suciedad de la ciudad.

Empujaba un pequeño carrito que se había robado de un súper, recogiendo basura hasta llegar a su "casa" un callejón donde dormía.

Colgó una manta sobre su cabeza para protegerse del sol, de aquel carrito saco un libro, junto con un juguete roto de su héroe favorito.

All might.

El chico, estaba releyendo por incontable vez aquel libro, "la niña que bebió luz de luna".

Las páginas del libro, estaban extrañamente limpias lo cual no tenía sentido pues las manos de aquel joven estaban llenas sucedía y ¿sangre? Seca, probablemente de el.

-¿Que onda Aoi?- un hombre llegó dónde el, era mucho mayor que el chico que al verlo guardo su libró- ¿Ya tienes mi dinero?- Pregunto mientras se agachaba a la altura del chico- Ya sabes que, este callejón no es gratis.

-Este callejón no es de nadie, vete- El chico, activo su Don, elevando pequeñas flamas azules oscuras.

-No eres más que un perro- El hombre, sin miedo alguno se levantó para tirar el carrito donde Aoi llevaba todas sus cosas.

Sus pocas pertenecías se regaron por el piso, Aoi desactivo su Don y se lanzo a recojer sus cosas de forma desesperada.

El hombre, aprovecho y pateó al chico en la espada tirando lo al piso, colocó su bota sobre Aoi aplastando con fuerza al chico que soltó un grito de dolor.

-¡No grites, nadie vendrá por ti, a nadie le importa un pinche perro callejero!... No, ni eso eres, eres una basura, eres mierda, un fenómeno- el chico se inclino tomando los cuernos de Aoi- Quiero el dinero, no me importa como lo consigas, pero si vuelvo y no lo tienes, voy a matarte, ¿entendiste?.

-¡Si, por favor suéltame me duele!- un golpe en la parte trasera de la cabeza hizo rebotar su cabeza contra el pedimento destrozando uno de sus cuernos, el dolor comenzó, el chico se privó en llanto ante el dolor, el hombre hasta ahora desconocido solo lo vio retorcerse antes de irse del lugar.

Aoi siguió llorando hasta que la noche llegó, probablemente alguien escucho sus sollozos, probablemente alguien incluso lo fue a ver por curiosidad pero... Nadie lo ayudo.

Nadie era como el... Al recordar a su primer y único amigo comenzó a llorar por otro tipo de dolor.

Recordó al peliverde quien lo protegía en el orfanato del cual termino escapando, sin saber que el mundo era mucho más cruel que aquel lugar.

Tenía sus sospechas pero... Soportar los golpes, los insultos, los castigos injustos por su apariencia, cada que las parejas lo veían pasaba de el con una mirada de asco... Así como sus padres al abandonarlo en aquel lugar.