II

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Luego de que Harry y Mélanie escucharon la historia se durmieron misteriosamente..


El callejón Diagon


Harry y Mélanie se despertaron temprano aquella mañana. Aunque sabían que ya era de día,


mantenían los ojos muy cerrados.


«Ha sido un sueño -le dijo Harry a Melanie con firmeza-. Soñé que un gigante llamado


Hagrid vino a decirme que voy a ir a un colegio de magos. Cuando abra los ojos


estaré en casa, en mi alacena.» Dijo Harry..-Yo también soñe eso..-Dijo Melanie,Se produjo un súbito golpeteo.


«Y ésa es tía Petunia llamando a la puerta», pensó Melanie con el corazón


abrumado. Pero todavía no abrió los ojos. Había sido un sueño tan bonito...


Toc. Toc. Toc.


-Está bien -rezongaron Harry y Mélanie-. Ya nos levantamos.


Se incorporóraron y se les cayó el pesado abrigo negro de Hagrid. La cabaña estaba

iluminada por el sol, la tormenta había pasado, Hagrid estaba dormido en el sofá


y había una lechuza golpeando con su pata en la ventana, con un periódico en el pico.Harry y Melanie se pusieron de pie, tan felices como si un gran globo se expandieran en su


interior. Fueron directamente a la ventana y la abrió. La lechuza bajó en picado y

dejó el periódico sobre Hagrid, que no se despertó. Entonces la lechuza se posó

en el suelo y comenzó a atacar el abrigo de Hagrid.


-No hagas eso.


Harry trató de apartar a la lechuza, pero ésta cerró el pico amenazadoramente


y continuó atacando el abrigo.


-¡Hagrid! -dijo Melanie en voz alta-. Aquí hay una lechuza...


-Págala -gruñó Hagrid desde el sofá.


-¿Qué?


-Quiere que le pagues por traer el periódico. Busca en los bolsillos.


El abrigo de Hagrid parecía hecho de bolsillos, con contenidos de todo tipo:


manojos de llaves, proyectiles de metal, bombones de menta, saquitos de té...


Finalmente Harry y Melanie sacaron un puñado de monedas de aspecto extraño.


-Dale cinco knuts -dijo soñoliento Hagrid.


-¿Knuts?


-Esas pequeñas de bronce.


Melanie contó las cinco monedas y la lechuza extendió la pata, para que Harry


pudiera meter las monedas en una bolsita de cuero que llevaba atada. Y salió


volando por la ventana abierta.


Hagrid bostezó con fuerza, se sentó y se desperezó.


-Es mejor que nos demos prisa, Harry, Melanie. Tenemos muchas cosas que hacer


hoy. Debemos ir a Londres a comprar todas las cosas del colegio.


Harry y Melanie estaban dando la vuelta a las monedas mágicas y observándolas.


Acababan de pensar en algo que le hizo sentir que el globo de felicidad en sus


interioriores acababa de pincharse.

𝙀𝙣𝙘𝙖𝙣𝙩𝙤𝙨 𝙙𝙚 𝙖𝙢𝙤𝙧 𝙮 𝙝𝙚𝙘𝙝𝙞𝙯𝙤𝙨 𝙚𝙣 𝙃𝙤𝙜𝙬𝙖𝙧𝙩𝙨//𝘙𝘰𝘯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora