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- Danielle, baja ya o llegaremos tarde - Dijo su padre esperándola en la puerta junto con su Guardaespaldas.

Segundos después se escucharon unos lentos y perezosos pasos bajar por la escalera.

- Mejor, así me expulsan más rápido - con aburrimiento pasó por lado de su padre para salir de la casa y meterse de una vez al coche.

Su padre la observó irse por unos segundos antes de hablar.

- ¿Crees que se comporte esta vez? - preguntó el padre de Danielle a su guardia personal, mientras aún la  observaba.

- Será un desafío, Señor - respondió el guardia mirando como la chica lanzaba a algún lado del auto su bolso.

- Temo que así será - luego caminaron en dirección al auto y se marcharon a la nueva institución de Danielle.

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Ahora Danielle esperaba afuera de la oficina del director, desgraciadamente la charla que tuvo su padre con el director y que ella también presenció, era buena y segura, lo que significaba que seguramente ya estaba aceptada.

Y eso era algo que Danielle no quería.

Luego de esa charla pública, Danielle salió por órdenes de su padre y el director, ahora estaba insegura de lo que hablaban.

Mientras que allí afuera los estudiantes pasaban mirándola sin disimular, susurrando cosas que ella no podía oír pero ni le importaba, estaba tan sumergida en sus pensamientos como para notarlos siquiera.

De repente, la puerta de la oficina se abrió y Danielle se apresuró a voltearse solo para encontrarse con la sonrisa de su padre y la del director.

- Que ocurre - preguntó temerosa, esas sonrisas no eran lo que se estaba imaginando.

El director dio un paso en frente de Danielle y estirando su brazo dijo:

- Bienvenida sea Marsh Danielle - ¡Noooo! Grito internamente.

Su padre hacia expresiones para que Danielle dijera algo pronto, y ella sin saber que decir solo forzó una sonrisa chueca y levantó el pulgar.

Si fueran yo me entenderían.

Sí, se refería a su respuesta.

De fondo vio al guardia personal de su padre reír en silencio y a su padre golpearse la frente lentamente.

Mientras el director bajaba su brazo y también sonreía.

- Okay, ahora te enseñaré tu nuevo salón  - se giro a ver a los otros dos- ¿vamos? - el padre de Danielle asintió y comenzaron a caminar.

La última en seguir al director fue ella, odiaba, no, detestaba todo lo que sus ojos veían. Alumnos, si es que se les puede llamar a un par de chicos con actitudes infantiles jugar a acertar la comida de la cafetería en la boca del otro.

Eso sumado con el estresante tour que de paso les daba el estresante director con su estresante voz.

- debí derramar su café cuando pude - recordó su idea durante la charla con el director, derramar ese café de seguro la salvaría de entrar a un instituto que no le interesaba para nada.

Allí no tenía a su grupo de inadaptados y escurridizos, mentiría si dijera que no extrañaba a sus amigos, porque si los extrañaba. Aunque solo eran cinco, eran como cincuenta en un salón.

Danielle sonrió un poco al recordarlos, pero esa sonrisa no duró mucho cuando recordó y vio en donde estaba.

Dieron un giro al pasillo izquierdo y por fin llegaron al respectivo salón de clases de Danielle.

- Bien, Danielle, este es tu salón - el director se alejó de la entrada para que Danielle pueda inspeccionar el amplió y arreglado salón.

Ella no dijo nada, solo observaba sin interés de ver pero de igual forma lo hacia.

Luego escuchó como su padre le agradecía al director y así hablaban, alguien tocó su hombro y giró a ver.

- Tú bolso - dijo el guardia de su padre, esperando a que Danielle lo tomará.

- Gracias - lo tomó de un tirón, no de manera ruda y grosera sino a su forma habitual.

Sin esperar más entró al salón y se colocó al fondo, colgó su bolso por la silla y se acomodó en su asiento.

Después vio a su padre marcharse y al director entrar a la sala.

- Mash, sus compañeros están abajo, si quiere puede ir y ver... - al notar el desinterés en el rostro de la joven, se detuvo con una sonrisa corta - de seguro ya sabe las reglas, nada de tardanzas, siempre puntualidad y...

- Compañerismo - sonrió falsamente - me las sé de memoria - el director asintió sonriendo.

- Bien, me voy. Sí necesitas algo la dirección está en el cuarto piso girando a la derecha - Danielle asintió fingiendo cara de alumno bueno - Okay, que tengas un buen primer día - luego se marchó.

Danielle esperó a que el director se fuera bien lejos antes de hablar hasta por los codos.

- Ahora tendré que soportar a chicos y chicas seguramente tontos, torpes, nerds y buenos para nada - se cruzó los brazos alzando los zapatos sobre la mesa.

- Que sea lo que Dios quiera - dijo justo en el momento en que el jodido timbre soltó el sonido más estresante y clásico del mundo.

Te odio - Niniz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora