5 de febrero

3 0 0
                                    

Hoy me he despertado con un gran dolor en mi garganta y pecho, siempre que intentaba respirar o tragar se me hacía imposible. Adoro las mañanas por qué no pienso mucho en tí, solo puedo pensar en cuánto tiempo puedo alistarme para que no tenga que venir la policía a casa, esto de no ir a clase ya está cobrando de mala forma, sigo sin soportar a la seguridad social, pero no más de lo que no soporto sin despertarme con un texto tuyo mandado hace horas, gracias a la diferencia de horarios. Simplemente ese día no fui, gracias a mis padres que le contaron el por qué de estar mala a la seguridad social, y el por qué de no poder asistir. Aproveché, poco después que mi madre se quedó dormida y que estaba sola con la televisión, para poder ver algo que me distraiga, y termina haciendo efecto. Mientras me atiborraba de comida miraba mi celular de vez en cuando, mientras que seguía viendo la televisión. Poco despues de las tres de la tarde, me quedé dormido en el sofá, ya que tenía algo de fiebre y no quería seguir pensando. Al despertarme cerca de las siete de la tarde, mi madre estaba dormida junto a mí en el sofá, me sorprendió un poco el color del cielo, ya estaba oscuro, y solo pude preguntarme cuánto tiempo había dormido. La medianoche transcurrió como normalmente ocurre, me río de algunas gilipolleces y ya está. Pero odio la noche, la noche me hace pensar, me hace tener que pensar en tí, en por qué no disfruté más ese último día contigo y dejé que pensaras todo bien, el por qué de ni siquiera intentarlo, el por qué de todo esto, el por qué de por qué tengo que ser así, o por qué me ocurre a mí, o cómo estarás tú. Mi padre me avisa que tendría que ir a dormir, pero lo ignoro y me pongo a ver alguna red social que otra. Luego, no puedo dejar de pensar en tí, en lo bien que podría haber resultado todo si tan solo al principio hubiéramos hablado todo, en por qué a nosotros, en por qué te sigo necesitando, en por qué me siento tan vacío. Simplemente ahí no aguanto más, y corro al baño, ignorando el echo de si mi padre está durmiendo o no. No lloro, no puedo llorar, pero mis venas lloran, por qué no entienden este daño físico que le hago a mi cuerpo, y todo por algo mental. Después de habérmelo curado, como tantas veces dijiste que lo hiciera, me tiré en el sofá, y me puse a escribir mientras las horas concurren, ojalá acepte el echo de que ya no estás, de que ya no vas a estar.

—————————————————————————

Para los que no entiendieron lo del policía o así, es por que tengo muchas faltas injustificadas en mi centro escolar y la seguridad social está pendiente de ello. Más que nada, por que es algo que tengo que hacer.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 06 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora