La cabaña y el pueblo

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Esa noche tuve que salir con mis hijos, por suerte de ellos el ama de llaves me ayudo a sacar algunos ahorros que tenía guardado, y mientras caminaba con mi niña entre brazos y mi hijo de la mano mientras garba mis cosas podía ver cómo la gente nos señala y susurraba.

Viajé de pueblo en pueblo, di a luz en medio de la nada con Antoni y Nadia mi lado, de tres pasamos a ser 5 tan de la nada, un pequeño niño quien llamé Ángel y una niña hermosa llamada Ágata, debido al lugar en que di a luz enferme, Antoni cuido de mi con apenas 5 años, aunque con tres bebes no era muy sencillo, caminamos hasta llegar a una cabaña destruida y abandonada posiblemente por la guerra ya que tenía las puertas todas destruidas y se notaba que habían ido a saquear la casa, dejando a los niños en el que parecía ser el único cuarto me dispuse a arreglar la casa, recorrí la zona, me monte en el árbol más grande y no veía más casas ni nada cerca, y todas las mañana buscaba arboles con frutas o algo mis hijos crecían corriendo por toda la zona, un día me dispuse a conseguir un pueblo, camine e hice mapas quedaba un pueblo a un día de distancia de la cabaña, y con el dinero que me quedaba el cual no era una miseria compre ganado, semillas, herramienta y tela, la gente me veía raro ya que andaba con la ropa toda malgastada ya que con la ropa que tenía hice pañales, camisas, vestidos mis hijos se veían mucho mejor que yo en todos los aspectos, sentía que era su nana o su sirvienta a que su madre.

Pasaron 4 años y nos iba mejor que antes, Antoni desde que se enteró que no era mi hijo era más distante y no con sus hermanos si no conmigo ya que no fue porque yo no le había dicho y se había dado cuenta por los niños del pueblo, que cada íbamos a vender leche o huevo, hasta los vestidos que hacía, ellos le decían huérfano, que no era mi hijo ya que no se parecía ni a mí ni a sus hermanos, a mí se me partió el corazón al contarle y más al verlo siendo tan distante le dije y aun le recuerdo que es mi hijo, compre un carro para que pudiera ir a la escuela del pueblo, y cuando lo recogía que llegaba a la casa le enseñaba a su hermana Aine todo lo que había aprendido y podían durar horas a Ágata y a Ángel les gustaba pelear y discutir asta por quien nació primero, eran tan diferentes Ágata era parecida a mí y Ángel a su papa, ella tranquila y el todo un explorador, con 3 años ya intentaba recorrer el bosque.

El dolorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora