Este lugar parece un auténtico caos. Emma está corriendo de un lado a otro, ocupada con los últimos preparativos. Los padres de Keyla están sentados cerca del final entre los invitados; la situación entre ellos y Key fue dura durante un tiempo, y Harvey no les agrada, Emma dice que el tampoco le agrada así que debe ser un mal tipo o algo así, los padres son astutos en esas cosas, aunque, quién sabe, quizás simplemente están molestos con el hombre que se llevó a su hija de casa.
Y no he visto a Key.
No la he visto en mucho tiempo. Mi corazón se acelera ante la posibilidad de verla pronto, y no precisamente en una foto antigua de nosotros jóvenes o por videollamada. Me riño a mí mismo, recordándome que estamos en su boda, y que este no es un viaje por el carril de los recuerdos.
La espera me está matando, así que decido levantarme. La ceremonia no comienza hasta las 11, y por ahora son las 10:20. Todavía falta mucho tiempo, y estoy aburrido y sediento, así que entro en la casa y me dirijo hacia la cocina en busca de algo refrescante.
—Harvey, ya casi estamos casados —escuché la voz temblorosa de Key, llena de ansiedad.
—Dímelo a mí —respondió Harvey con brusquedad, su tono cargado de impaciencia y desdén. Apreté los puños, sintiendo la furia burbujear en mi interior ante la actitud despectiva de el hacia Key—. Necesito un poco de espacio, ¿vale? No me molestes por un rato. Nos veremos en el altar, solo desaparece por un momento.
Las palabras de Harvey resonaron en el silencio de la cocina, y sentí una mezcla de repugnancia y enojo. ¿Cómo podía tratar a Key de esa manera, especialmente en un momento tan crucial como el día de su boda? Mi corazón latía con fuerza en mi pecho mientras luchaba por contener la ira que amenazaba con desbordarse.
—Te amo, cariño. Solo estoy nervioso. ¿Estaremos bien, verdad? —las palabras de Harvey sonaron como una disculpa vacía, una mera justificación de su comportamiento. Apreté los dientes, sintiendo la necesidad urgente de intervenir y proteger a Key pero me contuve porque en este momento no soy nadie para meterme en su vida.
Supuse que Keyla respondió con un gesto, pero el silencio que siguió resonó en mis oídos con una pesadez insoportable.
La última noche de Lyam y Keyla
Mis padres decidieron organizar una fiesta de despedida para mí, ya que pasado mañana me mudaré a otra ciudad para comenzar una nueva etapa.
La fiesta transcurre tranquila, pero mi mente está en otra parte. De vez en cuando, busco a Emma entre los presentes, pero sé que no quiero encontrarla, o al menos no quiero encontrarme solo con ella. Sin embargo, esta noche está sola, y eso me desconcierta.
Saco mi celular y tecleo el nombre de Keyla, y luego le escribo.
"Hey, ¿no vendrás a mi fiesta de despedida?"
La respuesta llega rápidamente y me sorprende.
"Estoy un poco ebria y triste :("
Eso me preocupa, porque Keyla no bebe. Siempre dice que el alcohol mata las neuronas y me dará una larga charla si me ve tomando, así que me preocupo.
"Keyla, mándame tu ubicación."
Esta vez tarda un poco en responder, lo que me preocupa aún más. ¿Dónde estará? ¿Y con quién estará? Porque Emma está aquí con Jordan.
Llamo a Emma, preocupado.
—¿Dónde demonios está Key?
Ella me mira y rueda los ojos.