Capitulo unico

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Anakin Skywalker por fin regresaba a su ciudad natal después de permanecer en una guerra que parecía no tener final con la esperanza de volver a ver a su amada esposa. Una vez que su barco arribo en el muelle baja corriendo en busca de Padmé mirando por todos lados entre toda la multitud y ruido por la gente, solo podía ver cómo los soldados abrazaban a sus esposas e hijos llenos de alegría de encontrarse nuevamente, sus ánimos cayeron por los suelos al no notar la presencia de Padmé se convenció de que posiblemente estaba ocupada y no tenía tiempo de recibirlo o solo se le olvidó que él iba a llegar, prefirió quedarse con la primera opción.

La ciudad había cambiado completamente eso era evidente después de estar tres años lejos luchando una guerra sin sentido mientras que varios políticos se quedaban en sus hogares sin hacer nada, mandando a sus ciudadanos a sacrificarse por el bienestar de sus países y a pesar de que Coruscant tenía aliados al igual que los separatistas, lograron llegar un acuerdo para terminar esta guerra absurda sin importarles cuántas personas inocentes murieron. Decidió irse caminando hasta su departamento y por suerte no quedaba tan lejos del puerto, quería disfrutar un poco de la vista que brindaba la ciudad atesorando cada instante sintiendo esa tranquilidad tan agradable y anhelada a la vez, pasa calle tras calle hasta llegar al edificio de su hogar, la fachada seguía igual de la última vez que estuvo. Ingreso con una emoción ya acumulada listo por ver a esa mujer que lo cautivo la primera vez que la vio y sin dudar le propuso matrimonio a los pocos meses de haberse conocido, para Anakin fue amor a primera vista listo para construir su propia familia.

Luego de subir varias escaleras ya se encontraba en frente de la puerta entre sus cosas saco la llave para después ingresarla al picaporte sin hacer tanto ruido oía como un hombre hablaba por la radio dando lecciones en francés mientras que Padmé repetía la frase una y otra vez hasta que volteo a dirección de Anakin asustando se un poco.

—¿Anakin? — por su tono y expresión parecía desconcertada, corrió abrazarlo y llenar todo su rostro de besos el ambiente se empezó acumular de risas y a la vez de ligeros sollozos por parte de Padmé.

—Como no te vi en el puerto, pensé que...

—No creí que llegabas hoy— lo interrumpe rompiendo el abrazo para mirarlo y dedicarle una sonrisa.

—¿No recibiste mis cartas? Procure mandarte todos los días.

—Oh... bueno, si las leí, es solo que no soportaba leer cada palabra sobre las muertes y combates, pero ven— toma de su mano guiándolo hasta la habitación para mostrarle toda la colección de puras cartas acumuladas dentro de un baúl que se hallaba en una esquina. Saca un paquete para mostrarle lo bien guardadas que están, sin embargo, se percata la desilusión de su esposo—Oh Anakin, debes de entenderme, de solo pensar en el peligro que corrías era insoportable para mí. Sabía que al recibirlas, estabas vivo, eso es lo importante.

Padmé deja el paquete de cartas en su lugar de antes para después cortar la poca distancia entre ella y Anakin—Lo que importa es que estás aquí. Vivo ¿Puedes perdóname?

—Sí, por supuesto— sonríe tomando su mano besando los nudillos.

—¿Y tú recibiste mis cartas?

—Algunas

—Te dije que no era buena escribiendo y cambiado de tema. Hace unos días hablé con Watto para que conservaras tu empleo de antes y volvieras a la venta de chocolate ¿Qué te parece?

Anakin guardo silencio por unos segundos apenas regresaba de una guerra y lo único que quería era estar en su hogar con Padmé, no volver a ese trabajo horrible de vendedor.

—Solo tienes que utilizar tu uniforme ¿Quién no puede resistirse a un héroe de guerra? Puedes comenzar mañana.

—Padme, no regrese para vender unos simples chocolates.

Un paseo por las nubes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora