𖥻 soft sex ♡̶ jakeyoon

OO2: Algo más que mimos

Y vaya caos que hizo.

No sabe como terminó en esta situación, solo sabe que le daba algún penoso pero gracioso cosquilleo bajo el vientre, y no, no era por los mimitos que ella esperaba.

Jake se hallaba sentado en una de las bancas de los baños que usan los jugadores y con casi nadie alrededor, todos habían despejado el área de cambios hace diez minutos, absolutamente todos menos... menos la persona que se encuentra ahogando sus jadeos encima de él. Las piernas de la enrojecida omega estando entre sus caderas, tan tímida y pequeña recibiendo los labios del alfa como si no llegaría el mañana a pesar de que sean más de las seis.

Sería un mal chiste no asumir que el alfa no estaba agradeciendo por los débiles movimientos que involucraban su cuerpo y el de Jayoon, además de que alguien ya cobró vida y exigía atención inmediata, un miembro tan familiar para el castaño. Pero en otra parte de su cabeza, la que usa para sus exámenes finales, le advertía con luces que era pésimo e irrisorio la idea de tener ese tipo de acercamientos ahí y que debería obtener conciencia de ello.

Sin embargo, se deja seducir por la omega, aún así fuera un tanto de culpa, ahora solo el aroma rodeando su nariz era lo que movía sus acciones, y ese atrayente y dulce olor a duraznos de la castaña que lo mantiene en estado hipnótico desde el día en que la vislumbró espiándolo en sus entrenamientos mientras se hallaba llorando sobándose la cabeza. De seguro, confirmando el amor a primera vista.

Y aún lo recuerda, las hebras de Jayoon desordenadas, conllevando dos colas de cabello apretujadas por un lazo rosa que mostraba una complexión típica de niña buena. Esa imagen se habría quedado así en su mente, si no se hubiera reproducido del como le dio con el balón por un mal puntapié expulsando en dirección a la cabeza, causando minutos luego que ésta lloriquera. Jake recuerda el susto que se llevó ese día, y las miradas curiosas del resto ya que, él se trata de un alfa gélido, alguien desalmado que jamás de los jamases se intencionaría a levantar a una sola persona del suelo por más que esta añorara su ayuda, cosa que no hizo con la omega al llevarla cargada hasta la enfermería con un evidente temor.

No le importó los murmuros, no le importó nada en ese momento, con Jayoon al lado solo sentía tener una misión, y era hacer que esa omega parara de llorar como un bebé recién lastimado en la rodilla. Sonríe en medio del beso que le proporciona su novia. Ese recuerdo fue hace un año, justo un día antes de presentarse como el capitán oficial del aquipo.

"Mmm... Ja-Jakey. Es tan..." Jadea Jayoon, aún con los ojos cerrados.

Jake se estremece, ya ni recuerda el padre nuestro completo.

Padre nuestro blah blah blah danos el pan de cada día blah blah, panadero era el señor.

Él evita reírse al rimar eso, pero un dolor lo quita de su cuadro trasladándolo a la actualidad, ahí estaba su pelinegra favorita, regalándole minúsculos gemidos, alegando fricción mientras mecía la cintura, la cual estaba tomada por los dedos de su alfa. Y ahora que lo vuelve a pensar una vez más, aún atisbaba a Jayoon como alguien inocente y pequeña, a veces se llegaba a sentir mal, creía que podía ser demasiado rudo con la omega, y él no quería por nada del mundo lastimarla y que ésta llorase por ello.

En este mundo, todos deberían llorar menos su bebé.

Pero Jake recuerda las palabras de su padre, y drena todos esos pensamientos unos segundos. Sin saber que hacer, no estaba mal tener intimidad con tu pareja, lo que está pésimo es aprovechar el desconcierto cuando la familia de la futura madre de tus cachorros es algo estricta respecto a la interacción de un alfa con una omega. Ahí el otro detalle que no recordaba.

Gruñe, esto es un desastre. ¿Jayoon yacía mojada o solo la humedad de el vapor que resguardó las duchas estaban entre sus piernas? Aunque la menuda chica se contenía en su regazo él podía sentir algo líquido. La respiración errática de ambos, y la improvisación de toques obscenos pero a la vez con cariño, la ama. La ama tanto que decidirá echarse la culpa de cualquier lío que se arme por ganarse el cielo al lado de Jayoon.

Así que la toma firmemente de la cintura para continuar besándola con un poco más de intensidad, esperando con ansias que ésta continúe con su misma constante acción que ha estado provocando, sin embargo, lo que Jake no esperaba era que su bebé se separe con unos labios hinchados de golpe para luego abultarlos como si fuera a llorar. Oh, algunas lagrimitas ya corrían sus orbes regalándole algunos brillos, el azabache toma alerta y para ¿Fue tosco con ella acaso?

"¿Por qué lloras bebé?" La toma de las mejillas, asegurándose a que ésta parara de estar triste, pero eso no resulta y su corazón se rompe en millones de pedazos al vislumbrar la primera gota resbalar por el pómulo de la omega, muriéndose en segundos por el mentón "Mi Yooni, mi bebé, mi gatita, mi amor, mi princesita ¿Te he lastimado, pequeña?"

La pelinegra niega desfrenéticamente con la cabeza, y Jake se alivia en su interior.

"¿Entonces?" Aún así, él estaba preocupado.

"M-me duele la barriga..." Prosigue cerrando los párpados, el dolor la golpeaba con un poco de fuerza, pero era tan delicada que se le hacía insoportable "No sé por qué"

"¿Qué comiste en la mañana?"

"Nada"

"¡¿Qué?!" Grita exaltando a la omega aún en su encima. ésta traga saliva "Lo... Lo siento Yooni, pero no puedes dejar de comer cuando quieras, porque te puede doler el estómago como ahora"

Reprocha y Jayoon baja un poco la guadeja con vergüenza. El castaño la aparta de su regazo y la sienta en la banca. Estaba tan cerca de ganarse el grito del año consigo mismo. Niega, y se coloca al lado de la menor, posicionando su mano por el pequeño abdomen aún cubierto de tela, Jayoon jadea bajo por la satisfacción de las caricias que le proporciona su alfa, ahora se siente un poco mejor.

"¿Mejor Yooni?"

"S-sí'

Ella esboza una tierna sonrisa agradecida, y Jake se la devuelve, fue la misma sensación como la primera vez que se vieron.

Al final terminó dándole mimos, y cerca de las siete, salieron hacia sus hogares, dejando a Jayoon en la puerta de su casa sana y salva, para que él vaya a la suya.

Mañana sería sábado, él y su omega saldrían a algún lugar, y obligaría a la menor a comer más de lo que hoy no lo hizo.