-''Eres como un estúpido lobo que solo busca hacerme daño, no se como hiciste que me sintiera de esta manera y que por alguna estúpida razón ahora te quiero cerca mío, pero no dejare que lo vuelvas a hacer''- Mande el mensaje para luego intentar ir...
Al día siguiente, la pequeña omega pensó que se había despertado primero, pero no tuvo el valor ni las ganas de ir a la habitación de Lisa. Sabía que no era su casa y temía ser rechazada si iba con ella, aunque por otro lado, Lisa estaba cansada porque últimamente estaba muy ocupada con el trabajo, y había decidido levantarse antes. Aunque estaba enojada con Jennie, no iba a dejarla morir de hambre o algo así.
Esta dejó claras instrucciones en las que detalló que lavaran el uniforme de la menor y se lo llevaran junto con un desayuno. Sin embargo, no fue muy específica al respecto. Además, entregó un pequeño papel en el que escribió algo para que la pelirroja pudiera leer. Dio estrictas instrucciones de que nadie más que ella lo leyera y de que todo esto fuera entregado a las 7 AM, para que esta así tuviera tiempo de desayunar y llegar puntual a sus clases.
Al llegar a la hora indicada, la empleada doméstica se dirigió a la habitación donde se encontraba la menor. Tocó tres veces y esperó pacientemente a que la puerta fuera abierta.
-¿Mmmh?- Dijo una cansada Jennie mientras se tañaba sus ojitos y abría la puerta.
-La señorita Manobal pidió que se le entregara esto - respondió la empleada mientras le entregaba una bandeja con un pequeño desayuno, su uniforme ya doblado y la carta, para luego retirarse.
Jennie agarró la bandeja y se preguntó qué diría el pequeño sobre su uniforme. Sin dudarlo, decidió abrirlo para descubrir su contenido.
"Buenos días, conejita. Espero que no te hayan despertado. Una vez estés lista, sal y en la entrada estará Freddy, el se encargará de llevarte al colegio y, si lo deseas, puede volver a buscarte para llevarte a tu casa o traerte de vuelta a la mía. Aclarando que yo llegaré tarde en la noche, pues últimamente las cosas han estado moviéndose mucho por aquí y es complicado. Mucha suerte en tus clases, cuídate."- Se quedo con una sonrisa mientras leía aquella carta.
Una emocionada Jennie se dirigió rápidamente al baño, tomó una corta ducha, mientras se ponía su uniforme pudo percibir un suave aroma a almendras y chocolate en este. Finalmente se sentó en el borde de la cama y comenzó a desayunar tranquilamente. Esta prestó atención a su teléfono y se dio cuenta de que no solo se había roto la parte delantera junto al protector, sino también un poco la parte trasera. No sabía qué hacer, ya que su madre se había esforzado mucho para comprárselo. Aunque quizás no fuera gran cosa, sabía que le costaría mucho conseguir uno nuevo y no quería preocupar a su madre ni añadirle la carga de tener que comprarle uno nuevo.
Pensó en muchas cosas, pero no en el hecho de que no sabía dónde estaba su mochila. Consideró llamar a Lalisa, pero realmente no quería molestarla. Bajó rápidamente por las escaleras para preguntar si alguien sabía dónde se encontraba su mochila.
