Dioses entre los hombres -HIATUS-

Capítulo 42: Encontrar Familia

"Lo encontraste?" Harry preguntó redundantemente mientras se sentaba en la larga mesa de madera en la Sala de Requisitos. A su alrededor estaban el resto de sus amigos cercanos y asesores, pero una persona estaba desaparecida, Amelia. El asiento estaba vacío y todos lo miraron con tristeza. Susan había sido un naufragio absoluto en las últimas horas. La forma en que lo miró cuando él personalmente le dijo que las noticias siempre estarían grabadas en su memoria. La ira, el miedo y la desesperación detrás de sus ojos lo asustaron, y él no la culpó por estar enojada con él.

Harry se sintió horrible, como si fuera responsable de lo que ocurrió en el ministerio. La gran cantidad de muerte dentro de esa sala era asombrosa y Harry se sentía culpable por todo. Sabía que no tenía la culpa, Fleur, Sirius y Remus lo habían dicho repetidamente, pero aún no podía evitar sentirse parcialmente culpable. Sin embargo, la culpa era algo con lo que tendría que vivir, era un líder en tiempos de guerra y habría más muerte antes de la paz.

En este momento, los duendes de Ragnoks y Dimfolds se concentraron en dos lugares, dentro de los pasillos de Gringotts y otros habían tomado la guardia del ministerio mientras aún seguía siendo vulnerable a nuevos ataques. Los aurores estaban siendo reagrupados actualmente, un recuento total de todos aquellos que aún pueden luchar siendo reunidos en el ministerio. Kingsley había sido elegido rápidamente como el nuevo Jefe del Departamento de Aplicación de la Ley Mágica y Moody salió de su retiro para comenzar a trabajar a tiempo completo nuevamente. Eran dos que habían luchado valientemente hace solo medio día en el ministerio, derribando varios del círculo íntimo de Voldemort entre ellos. Moody se alejó con otra cicatriz para agregar a su colección cada vez mayor, una maldición cortante que se cortaba profundamente en su frente por Bellatrix mientras se retiraba de la pelea.

Harry apartó la mirada del asiento vacío y miró hacia el centro de la mesa donde estaba sentada una varita, de color marrón junto con una docena de runas viejas que habían sido talladas por expertos en él. El mango estaba hecho de un cuero negro suave y, en general, parecía bastante ordinario, definitivamente no era lo que esperaba que pareciera la varita de Gryffindor.

"Lo hicimos. Voldemort lo tenía escondido y bajo vigilancia." Remus respondió. Había llegado a Inglaterra con Tonks solo una hora después de la batalla en el ministerio. Harry asintió con la cabeza y curiosamente lo miró, luego dirigió su mirada hacia la caja de madera en la que había llegado la varita.

Era un color rico y oscuro y grabado con las mismas runas que estaban en la varita. Estampado en la tapa estaba el escudo de armas de Gryffindor. Dentro de la varita se había sentado en terciopelo de felpa y estaba bien cuidado, solo la caja de madera se asentó con polvo y se desgastó desde la edad.

"Qué significan las runas?" Preguntó Harry, señalándoles con el dedo.

Tanto Tonks como Remus se encogieron de hombros, "No podemos leerlos, ni siquiera sabemos en qué idioma está, aunque es claramente viejo."

Una vez más Harry asintió, "Seguro de tocar?"

"Lo hicimos, no pudimos detectar nada siniestro de ello. Definitivamente no es un horcrux." Tonks dijo.

Harry los miró con curiosidad, "Entonces, ¿por qué Voldemort intentaría ocultar esto? Parece extraño..." Se fue y lo alcanzó en ausencia. Sus dedos tocaron el suave cuero negro y un calor corrió a través de él, algo que nunca había sentido antes. Era como si su interior se hubiera convertido en fuego.

Le sacudió la mano como si se quemara y muchos lo miraron con preocupación. "Qué es?" Minerva preguntó rápidamente.

"No lo hago", Harry detuvo su sentencia cuando la varita, por sí sola, levitó al nivel de los ojos de Harry y comenzó a girar rápidamente en su lugar. Una ola de aire salió de la varita en todas las direcciones, haciendo que el cabello de Fleur junto a Harry azotara violentamente hacia atrás.