F.O

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—FIN DEL MUNDO

felipe otaño




Asena estaba exultante. Argentina había ganado el mundial y ella no podía contener su emoción. Hace unos días había recibido viajar a Qatar con sus dos mejores amigas, Kendra y Delaney. A pesar de que a ellas no les apasionaba tanto el fútbol como a Asena, no dudaron en acompañarla en esta aventura.

Mientras caminaban por el estadio, el bullicio de la multitud y la música festiva llenaban el aire. Asena se sentía como en un sueño, rodeada de la alegría y la energía de la gente. De repente, se encontró cantando a pleno pulmón una canción de la euforia del momento, perdiéndose en el frenesí de la celebración.

Pero su alegría se vio interrumpida abruptamente cuando fue empujada por la multitud y se vio envuelta en un mar de cuerpos agitados. El pánico se apoderó de ella cuando comenzó a sentir que le faltaba el aire, como si estuviera siendo aplastada por la presión de la gente a su alrededor.

Desesperada por encontrar a sus amigas entre la multitud, Asena luchaba por mantener la calma mientras buscaba desesperadamente su inhalador. Pero antes de que pudiera encontrarlo, un fuerte empujón la hizo caer al suelo, sumiéndola en un mar de confusión y desesperación.

Fue entonces cuando una mano firme la ayudó a levantarse, y lo siguiente que supo fue que estaba siendo llevada a un lugar más seguro. La voz tranquilizadora de un desconocido la sacó de su aturdimiento, y sus ojos se encontraron con los de un chico de aspecto preocupado que la miraba con intensidad.

Eu, estás bien? —preguntó él con voz suave, ofreciéndole una botella de agua con manos temblorosas.

Asena asintió débilmente, sintiendo que el alivio la invadía mientras recuperaba el aliento. El chico la sostuvo con firmeza mientras la multitud se abría paso a su alrededor, permitiéndole respirar más fácilmente. Agradecida por su ayuda, Asena le ofreció una sonrisa tímida, sintiendo un profundo agradecimiento hacia él por su valentía y compasión en medio del caos.

Después de asegurarse de que Asena estaba bien, el chico se despidió con un gesto amable, desapareciendo entre la multitud antes de que ella pudiera agradecerle adecuadamente. Aunque apenas lo conocía, Asena sintió un extraño cosquilleo en el estómago mientras lo veía alejarse, preguntándose quién era y por qué había decidido ayudarla en su momento de necesidad.

De vuelta en su hotel, Asena se apresuró a llamar a Kendra y Delaney para contarles lo que había sucedido y para preguntarles donde estaban. Aunque estaban preocupadas por ella, Kendra y Delaney la tranquilizaron y la animaron a seguir disfrutando de su viaje.

Sin embargo, a medida que pasaban los días, Asena no podía sacarse de la cabeza al chico misterioso que la había salvado. Sus ojos azules y su amabilidad resonaban en su mente, y ella se encontraba deseando haber tenido la oportunidad de agradecerle adecuadamente por su acto de bondad.

Días después están de vuelta en Buenos Aires. Fue entonces cuando Kendra y Delaney la convencieron para ir a una fiesta en un club privado que habían escuchado. A pesar de sus dudas iniciales, Asena accedió a acompañarlas, sintiendo que necesitaba distraerse y olvidarse de sus preocupaciones por un rato.

La fiesta estaba llena de música estridente y luces parpadeantes, y Asena se sintió un poco abrumada por la energía y el ambiente festivo que la rodeaba. Definitivamente los lugares con mucha gente no eran su tipo. Mientras buscaba a sus amigas entre la multitud, chocó con alguien en pocos segundos su vestido blanco está manchado de un rojo fuerte, subió su mirada con ganas de insultar a la persona en todos los idiomas posibles pero al ver esos ojos verdes otra vez su corazón se acelera.

Era él. El chico misterioso que la había rescatado en medio del caos. Asena sintió que su corazón comenzaba a latir con fuerza cuando conecto miraras con el.

—Mierda, perdón, no te vi. — el chico se tomo unos segundos para escanearla— te conozco? — preguntó, esa pregunta le había dolido un poco, ella no había dejado de pensar en el y éste ni siquiera la recordaba.

No puedo responder nada ella estaba completamente perdida en su mirada.

—Ya se dé dónde te conozco, vos sos la mina del mundial. — respondió con una sonrisa bajo su mirada otra vez hacia el vestido de la chica. Esta también lo miró apretando los labios aguantando sus ganas de llorar. Le había tomado tres días hacer que el corset se vea como ella quería y ahora está completamente arruinado. El chico agarró una servilletas tratando de limpiar el desastre pero sólo lo empeoraba. Asena agarró las manos y le dijo que no se preocupara que sólo era un vestido. Él le regalo una media sonrisa y dijo

Entiendo tu punto. Aquí tienes una versión más casual y realista de la conversación entre Asena y el chico misterioso, ahora llamado Felipe:

¿Quieres algo de beber? Yo invito.

Claro, me encantaría! —aceptó la rubia con una sonrisa, estaba completamente feliz de que su sueño de volver a cruzárselo sabía cumplido.

¿Qué te parece una cerveza o un cóctel? —preguntó mientras se sentaba una silla cerca del bar la chica repitió acción.

Yo voy por una cerveza. ¿Y tú? —dijo esta mirando el bar no le gustaba el alcohol pero no quería decirle.

También una cerveza suena bien. Nosotros dos pensamos igual, ¡buena elección! — la chica río este chico le daba las mejores vibes del mundo. Después de unos cuantos vasos y shots Asena se fue soltando un poquito más.

—Bueno, me muero de curiosidad. ¿Qué haces cuando no estás salvando damiselas en apuros en medio de una multitud? —habló ganándose una sonrisa de el pecoso.

—Nada tan heroico como eso! Soy actor de hecho en unos meses va a salir una película en la que participe. — respondió

—Bueno lo mío no están interesante, Yo trabajo en marketing, también me gusta la fotografía y se habla 6 idiomas.

—¿Enserio? Me encantaría escucharte. ¿Sabes italiano? —preguntó el chico que quedó intrigado.

—Certamente, i miei nonni parlavano solo italiano e ho dovuto impararlo per poter comunicare con loro. — respondió la chica mientras lo trataba de hacer con el mejor acento posible.

—No te entendí ni mierda, pero te ves hermosa hablándolo. — respondió el chico con una sonrisa coqueta haciendo que las mejillas de la chica tomar a un color rojo.

Sin decir una palabra más, el chico tomó su mano y la llevó hacia la pista de baile, donde se perdieron en el ritmo frenético de la música y el calor de la noche. En ese momento, Asena sintió que todo encajaba perfectamente, como si hubiera encontrado algo que había estado buscando sin saberlo.

Mientras bailaban juntos, sintió una conexión profunda y poderosa que la dejó sin aliento. Y cuando finalmente se encontraron en un beso apasionado, Asena supo que había encontrado algo especial en medio de la multitud y el caos de la noche.

Después de la fiesta, el chico la acompañó de regreso a su casa, donde se despidieron con una promesa silenciosa de encontrarse de nuevo. Aunque apenas se conocían, Asena sabía que esta era solo la primera página de una historia que prometía ser épica y eterna, una historia de amor que había comenzado en medio del caos y la confusión, pero que estaba destinada a perdurar para siempre.

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⏰ Última actualización: Feb 13 ⏰

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𝐋𝐎𝐕𝐄𝐑 ; lsdlnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora