Breakfast with Lucifer

Prólogo

"En un mundo iluminado por posibilidades, la decisión más valiosa es persistir, descubriendo que cada despedida es el preludio de un emocionante nuevo comienzo."

Breakfast with Lucifer

W.H—

* * *

En el vasto lienzo matutino, el cielo resplandecía en libertad. Los caballeros ajetreados yendo en dirección a la parada del tranvía, las amas de casa caminando junto a las criadas para ir al mercado pasando junto a las niñas sentadas en la acera trenzandose el cabello entre ellas antes de ir a la escuela. Los varones caminaban en grupos de cuatro o cinco, algunos llevando a sus hermanitas de la mano. Así eran las mañanas en La Nouvelle-Orléans, la coqueta capital del estado de Lousiana y la cuna del jazz, rápidas y desorganizadas, pero abundantes en sonrisas, incluso para los terribles tiempos que corrían.

Nadie sabía en qué pensar, el dinero escaseaba, incluso para los aristócratas y burgueses. La situación era bochornosa, como se leía en los diarios, y las personas estaban enfadadas. Hacía mucho tiempo que había dejado de haber el sentimiento de solidaridad que caracterizaba el sueño americano, ahora la gente solo pensaba en su propia persona. Era un mundo de ratones y hombres.

Había una cosa que al menos esperanzaba a los jóvenes, y eso era el programa de radio matutino, conducido por el popular locutor Alastor Heartfelt, quien con su carismática personalidad y encantadora labia conseguía sacarle una sonrisa a todos los habitantes de la ciudad, al menos en un horario de ocho a una y de dos a siete. Su show era relativamente famoso, y era grandiosamente variado, pasando desde noticias hasta colaboraciones con figuras populares, haciendo que la audiencia subiera.

El conductor del programa era conocido por su forma casi teatral de narrar los acontecimientos, haciendo la los oyentes realmente se involucraran  en lo que decía. Su voz era fuerte y agradable, con un acento sureño que combinaba a la perfección con su tono juguetón a la hora de contar noticias alegres.

Los hombres en el café miraban ansiosamente el reloj. Las ocho menos cinco, el programa estaba a punto de empezar. Todos ya habían pedido sus cafés y estaban sentados en la barra junto a la radio, esperando el fin de los comerciales.

—¡Muy buenos días, mis adorados oyentes de Nueva Orleans! Soy Alastor Heartfelt y les doy la bienvenida a "Desayuno en Louisiana", un programa patrocinado por 'Hotpoint', la elección de la familia feliz —los asistentes pusieron una corta melodía alegre que combinara con la energía de la voz del presentador—. Comencemos el día con una sonrisa, ¿quieren? Vamos a leer una oración: "La sonrisa calienta el corazón y enriquece a quienes la reciben sin empobrecer a quienes la ofrecen", del caballero Dale Carnegie. Corren malos tiempos, mis estimados, pero todos tenemos el poder de nuestras sonrisas esperanzadoras.

Los hombres del café asintieron relajadamente a lo que decía.

—¡Pero eso no es todo! Mantengámonos al tanto de las últimas noticias con nuestro informe matutino, ¿de acuerdo? —eso era lo que todos esperaban—. En Europa, la situación sigue siendo tensa. Las tensiones políticas aumentan y la sombra de la guerra se cierne sobre el continente. Manténganse atentos a cualquier desarrollo importante en la escena internacional.

Todos en la sala suspiraron. La amenaza de otra guerra los asustaba; la mayoría de veteranos de batalla estaban heridos e inválidos. Se preguntaban cómo podía hablar tan tranquilamente, sin un ápice de pánico.

—En el frente tecnológico, ¡una noticia emocionante! El famoso científico Niels Bohr ha anunciado un avance revolucionario en la investigación nuclear —hizo una pausa—. Este descubrimiento promete cambiar la forma en que vemos la energía y puede tener implicaciones significativas para el futuro. 

Nadie dijo nada, esperaban pacientemente que hablara de deportes. 

—Cambiando de tema, en el mundo del entretenimiento, la música jazz sigue cautivando nuestros corazones. Artistas como Coleman Hawkins están en la cima de las listas de éxitos, llevando el ritmo y la energía de esta nueva era a todos los rincones del país. Que rayos, yo mismo me encuentro tarareando algunas canciones.

» ¡Y ahora un vistazo a los deportes! En el mundo del béisbol, los Redbears están liderando la liga con un rendimiento impresionante. La competencia está reñida, ¡así que no se pierdan ni un solo inning de la acción en los estadios!

» ¡Eso es todo por hoy, queridos oyentes! Nos veremos muy pronto, por ahora los dejare con Peggy Wood, les deseo el mejor de los días.

El castaño se quitó los auriculares y apartó un poco el micrófono mientras un asistente le traía un vaso de agua, que recibió con gratitud. Un hombre entró explosivamente dentro del pequeño cuartito, casi precipitándose sobre el locutor.

—Señor Alastor, con todo respeto, usted no parece tener la pericia necesaria para comunicar novedades —expresó con fastidio—. Deberíamos reconsiderar su función y buscar otro propósito, ya que sinceramente, la tarea de transmitir noticias no parece ser de su competencia.

—¿Disculpe? —lo miró con una amplia sonrisa, sus dientes semejaban perlas—. Su modo de expresarse me parece sumamente descortés.

—Y pido disculpas por ello, ¡pero no podemos permitir que las masas piensen que somos desconsiderados e insensibles ante temas como la guerra! Usted tiene una tonalidad demasiado alegre, caballero —explicó con tono serio, su mirada reflejaba preocupación.

—Ya veo — su sonrisa no se desvanecía, pero su ceño estaba comenzando a fruncirse —. Esto es un despido, ¿no es así?

El contrario carraspeó un poco, mirando al asistente antes de asentir con una mirada neutral.

—Así es, lamento informarle que ya no formará parte de nuestra empresa.

—Bien, esta es tu pérdida, Alexander —se acercó peligrosamente a su oído, su tono adoptando un matiz siniestro—. Tu programa caerá, y tú caerás junto a él. Cuando eso suceda, estaré ahí para observarte, y lamentarás profundamente lo que estás haciendo ahora.

El contrario tragó en seco, viendo cómo la figura alta del ex-locutor se alejaba elegantemente, sin siquiera regalarle una última mirada. Un escalofrío recorrió su espina dorsal mientras las palabras amenazadoras resonaban en su mente, y una sombra oscura pareció envolver el futuro incierto que le aguardaba.