Al despertar, Tae se encontraba en una habitación oscura, sumida en la más completa penumbra. Desesperadamente intentó incorporarse, pero el dolor se apoderó de cada rincón de su cuerpo. Una agonía insoportable que le recordaba la brutalidad del golpe recibido.
El roce de su mano contra su rostro descubrió la presencia de sangre seca, coagulada por la violencia infligida. Al intentar ponerse de pie, la realidad se tornó aún más cruel: uno de sus pies estaba encadenado, limitando sus movimientos y aumentando su sensación de vulnerabilidad.
La habitación, envuelta en una oscuridad asfixiante, emanaba un hedor inconfundible a muerte. En medio de la desolación, Tae se soltó a llorar aterrado, como un niño pequeño. No sabía si era miedo o dolor, ya que sentía tantas emociones en tan poco tiempo, que su llanto se convirtió en un eco desgarrador en la frialdad de aquel lugar sin esperanza.
Una macabra risa se deslizó desde una de las esquinas de la habitación, envolviendo el lugar en una atmósfera aún más asfixiante. "Con que te mando el Rey", murmuró la voz, tranquila pero cargada de malicia, que surgió desde la oscuridad.
Tae detuvo su llanto abruptamente, acomodándose en una posición de alerta mientras mantenía un silencio temeroso. La risa se desvaneció, dejando espacio para la voz que resonaba con frialdad: "Contesta, hijo de puta", exigió el hombre, escupiendo las palabras con una violencia que cortaba el aire como un filo afilado. La incertidumbre se cernía sobre Tae, atrapado en el juego retorcido de aquel ser siniestro en la oscuridad.
Tae se mantenía en silencio, sumido en un terror absoluto que lo paralizaba. El hombre, saliendo de las sombras, se presentó frente al joven príncipe con una presencia aterradora. Sin mediar palabra, descargó una patada brutal en el estómago de Tae, usando sus grandes suelas como instrumento de tortura.
Fue una sucesión de patadas despiadadas, cada una acompañada de insultos venenosos que cortaban más profundo que el dolor físico. Tae, indefenso y doblegado por la violencia, era testigo de la crueldad despiadada de aquel hombre cuya malevolencia parecía no tener límites. El silencio en la habitación solo se veía interrumpido por los golpes y los insultos, creando una sinfonía de sufrimiento que retumbaba en la negrura de la desesperación.
Tae se mantenía en silencio, sumido en un terror absoluto que lo paralizaba. El hombre, saliendo de las sombras, se presentó frente al joven príncipe con una presencia aterradora. Sin mediar palabra, descargó una patada brutal en el estómago de Tae, usando sus grandes suelas como instrumento de tortura.
Fue una sucesión de patadas despiadadas, cada una acompañada de insultos venenosos que cortaban más profundo que el dolor físico. Tae, indefenso y doblegado por la violencia, era testigo de la crueldad despiadada de aquel hombre cuya malevolencia parecía no tener límites. El silencio en la habitación solo se veía interrumpido por los golpes y los insultos, creando una sinfonía de sufrimiento que retumbaba en la negrura de la desesperación.
"Lo vas a matar", se escuchó una segunda voz, introduciendo un giro inesperado en la atmósfera macabra. "No me jodas, Hoseok. Lárgate de aquí si no quieres que te meta la cabeza por tu culo obeso", retumbó la respuesta amenazadora.
A pesar de la oscuridad, el temblor en la voz reveló a Hoseok, quien tartamudeaba mientras intentaba convencer al líder: "Jefe, lo necesitamos con vida". La presencia de Hoseok arrojó una sombra de confusión sobre la escena, planteando preguntas sobre la naturaleza y la razón detrás de la tortura de Tae en manos de estos seres siniestros.
La voz del líder resonó con despiadada crueldad. "Haz que hable esa perra llorona antes de la cena. Córtale los dedos o lo que te salga del culo, pero haz lo que sea necesario para que ese mocoso hable antes de la cena", ordenó con un tono siniestro. La amenaza latente flotaba en el aire, pesada como una sentencia de muerte.
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Corazón maldito
FanfictionEn un mundo apocalíptico dividido por un muro para protegerse de un virus zombie desencadenado por la peste negra, el joven príncipe Tae se ve atrapado entre el deber real y su deseo de cambiar las crueles tradiciones de su reino. Su romance secreto...