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Cada cierto rato, de vez en cuando miraba la puesta de sol en su balcón mientras fingía prestar atención al libro que leía, su casco en el suelo haciendo un incesante sonido irritante, obvia señal de su impaciencia por que llegara la noche y finalmente ir al tan esperado encuentro con el que había apodado, "su oscuridad ".

Porque eso era él, y no podía evitar notar que con la descripción que le escribió, que era exactamente tan oscuro como la noche, y no podía esperar para poder saber quién era realmente.

Tanta fue su tortuosa espera que ya había mareado a Spike cuando estaba en la biblioteca con ella, no dejaba de caminar de un lado a otro, de reorganizar libros que no habían sido movidos y de fingir que leía el título para ver si ya estaban marcados como leídos por ella, tanto que su pequeño amigo dragón se canso y le regaño por hacer esas cosas sin motivo, alegando que estaba mareado de verla volar a cada lado. Ella se disculpó y tomando un libro al azar salió trotando avisándole a Spike que iría a leer al balcón.

Y allí estaba, esperando y mirando de manera fija y con cuidado de no quemarse los ojos, la puerta del sol.

Finalmente, después de unas cuantas horas, el sol empezó a tocar el horizonte, escondiéndose de manera lenta por ese gran manto de árboles de las cordilleras, dandole al cielo una hermosa pigmentación de diversos colores naranjas y violetas, y que con el paso del tiempo, cambio a un precioso azul que la luz de la luna reflejaba en la oscuridad.

Cuando se dió cuenta que ni un rastro había quedado del sol, rápidamente tomo su libro con su magia y entro dentro del castillo.

Pero eso empeoró mucho más.

Esa noche tenía una cena con sus amigas, las que hacían cada fin de semana desde que el castillo se le fue otorgado, ya que cuando la hacían todas las chicas se quedaban con ella en una pijamada en el salón principal, donde llevaban de sabanas el suelo y contaban historias, comían dulces de Pinkie o solamente de divertían bailando o contando chistes.

Pero esa noche ella no quería hacer nada de eso, solamente quería ir ya al encuentro, pero desgraciadamente sus amigas no pensaban igual, porque una hora después del ocaso, ellas ya estaban entrando con sus maletas llenas de cosas para su noche de reunión semanal.

Twilight sabía que sería extraño que no quisiera hacerla esa noche, porque ella misma había acordado con ellas tener esa pijamada alegando que como no habían guardias reales, ella, StarLight y Spike, se sentían solos en un castillo tan grande.

Sus amigas aceptaron y por eso, allí se encontraba, rodeada de sus amigas, cada una comiendo un postre, Spike de juez en una competencia de Rainbow Dash con Apple Jack sobre quien tomaba cidra de manzana más rápido, Rarity colocándole rizos en su melena con extremo cuidado, Pinkie con Fluttershy jugando con sus mascotas y a StarLight esperando su turno para que Rarity le colocará los rizos.

Y así se la paso toda la noche.

Tanto que olvidó el encuentro.

Ni siquiera se había dado que cuando había abierto los ojos, se había quedado dormida, su vision borrosa distinguió la mancha rosa frente a ella, sorprendiendole al ver a Pinkie Pie frente a ella, quien le sonreía con una gran sonrisa.

| 𝐂𝐚𝐫𝐭𝐚𝐬 𝐚 𝐥𝐚 𝐨𝐬𝐜𝐮𝐫𝐢𝐝𝐚𝐝 | Twibra✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora