METAMORPHOSIS | JOEL MILLER

24. MI ESTRELLA EN EL CIELO

El miedo a perder a alguien es una sombra que acecha en el corazón humano, una oscuridad que nos recuerda lo frágil que puede ser el lazo que nos une a quienes amamos. Es como estar en un constante equilibrio sobre un abismo, temiendo cada paso en falso que pueda llevarnos a la pérdida. Pero en ese miedo también reside una profunda verdad: el amor nos hace vulnerables, pero también nos regala momentos de una intensidad incomparable.

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Joel no pudo evitar despertar ante el sofocante calor mientras pegaba un fuerte grito al sentir su cuerpo desgarrarse por dentro.
Inmediatamente escondió su rostro entre sus piernas al recordar lo sucedido, sin suprimir el dolor que mantenía acumulado desde hacía tiempo.
Sintiéndose débil y vulnerable al recordar el cuerpo de Olivia caer contra el piso.

Sumido en su propio tormento, el hombre ni siquiera se percató que la puerta había sido abruptamente abierta.
Y un par de brazos reconfortaron aquel sentimiento.

— Joel, ¿qué sucede? — preguntó Tommy.

— Mi Liv... — pronunció entre llanto, sin desear abrir los ojos para afrontar la realidad — Tommy acarició a este — ¿Dónde está, Ellie? — preguntó con desesperación — ¿Dónde está, Ellie?,  Necesito ver a Ellie, saber que está bien— Sin embargo, su hermano no tenía respuesta para ello.

Tan pronto dejó de sentir el peso de su hermano, alguien rodeó sus brazos por encima de su cuello, volviéndose más cálido, más cercano y sumamente familiar.

— ¿Amor? — Joel, de inmediato abrió los ojos para mirarla. Sonriendo a la par al saber que estaba sana y salva — Solo fue un mal sueño — pero Miller, no permitió que esta hablara, simplemente unió sus labios contra esta.

—¿Papá, qué pasa? — el rostro de Joel palideció al escuchar aquella joven voz.

Y su pecho se ensanchó al mirar a su primogénita, justo en el marco de la puerta.

Preguntándose si realmente estaba muerto y había trascendido hasta encontrarse con su esposa e hija.

-—¿Sarah? — preguntó en un jadeó, antes de, finalmente mirar el interior de la habitación. Aquella que tantas noches había compartido con Olivia, donde la había hecho suya y había proclamado su amor por ella.

Tan pronto, sus pies tocaron el piso, este corrió hacia los brazos de su pequeña, para envolverla en un fraternal y cálido abrazo.
La chica miró extrañada a Olivia, quién, simplemente negó con la cabeza mientras con algo de dificultad, se levantó de la cama.

—Lo siento, lo siento, lo siento... — repetía, una y otra vez mientras sollozaba a medida que los minutos pasaban, deseando que aquel abrazo fuera eterno.

—Basta, Joel. Me sofocas — expresó la chica riendo, a lo cuál también su padre rió.

Este besó la frente de su hija, un sin fin de veces como si con aquello pudiera demostrarle cuánto la amaba.

Antes de, finalmente mirar el interior de la habitación. Aquella que tantas noches había compartido con Olivia, donde la había hecho suya y había proclamado su amor porella.

Olivia miraba con ternura la escena, aún preguntándose por la actitud de Joel.
Quién al posar sus ojos en ella, de nuevo, rompió en llanto, en especial, al notar aquel abultamiento en su cuerpo. Y, sin menospreciar a su hija, caminó hacia Olivia, sin dudar envolverla en sus brazos, y besó sus labios como si su vida dependiera de ello.

Este se separó ante la falta de aire mientras apegaba su frente contra la rubia. ¿A caso aquello en verdad era un sueño o simplemente se encontraba en el cielo?.

—Papá — expresó Sarah, derritiendo el corazón de este — ¿Quieres desayunar? Tenemos jugo de naranja y huevo — la diversión en el tono de voz de Sarah hizo que tanto Tommy como Olivia rieran.

—Creo que hoy me apetece tomar un poco de jugo de naranja — mencionó Joel con una sonrisa, haciendo que todos los presentes lo miraran anonadados.

Tanto Tommy y Sarah se adelantaron hacia la cocina, dejando a la pareja en su habitación.

—¿Qué año estamos? — preguntó en un susurro, mirando a lo lejos el calendario que descansaba sobre la mesa de noche.

Joel miró su rostro en el espejo, aún sorprendido y angustiado por tal vivido sueño, notando que aquellas canas y arrugas que lo caracterizaban no descansaban en su cuerpo.

— 2001, ¿Amor, de verdad, te sientes bien?
—preguntó Olivia, acercándose a este para inspeccionar su salud.

Este sonrió enternecido al sentir la distancia que los separaba ante el vientre de la rubia.

—Estoy mejor que nunca — respondió antes de suspirar. Acarició con delicadeza el rostro de Olivia, notando que está tampoco llevaba aquellas pequeñas arrugas que tanto amaba.

Sin embargo, esta gimió levemente. Joel la miró con preocupación, solo para notar que Olivia señalaba su vientre.

—Hola, campeón — murmuró con una sonrisa mientras se mantenía a una altura acorde al vientre de su esposa — Lamento tanto muchas cosas... lamento haber hecho sufrir a tu madre.

Olivia lo miraba enternecida pero confundida ante tal revelación.

—Solo tú pareces comprender... — mencionó al sentir una ligera patada en respuesta.

Sin embargo, Olivia se limitó a guardar silencio.
Joel besó su vientre, tan pronto se levantó de su sitio.

— Joel... — mencionó Olivia con cierto nerviosismo. Este la miró confundido — Ayer me hicieron una ecografía... así que, no será campeón, más bien, ¿una campeona?— mencionó divertida.

Miller sonrió antes de asentir y abrazarla.

—Lamento tener que cambiar de nombres.

El castaño negó con la cabeza, acariciando con suavidad su rostro.

— Creo que tengo el nombre perfecto para ella — respondió con seguridad, acariciando su vientre.

Olivia asintió, besando sus labios con delicadeza, a lo cual, Joel, tomó su mano para comenzar a caminar, rumbo a la cocina.
Joel no pudo evitar sonreír al mirar a su familia convivir como hacía tiempo no lo imaginaba, o al menos, en su más tormentoso sueño.

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Aceptar el miedo a perder a alguien es reconocer la importancia de su presencia en nuestras vidas y aprender a valorar cada instante compartido como un tesoro irrepetible. En ese fragilidad, encontramos la fuerza para amar más profundamente, apreciar más sinceramente y vivir más plenamente. Porque, al final del día, el miedo a perder a alguien es el reflejo de lo mucho que significan para nosotros y de lo inconcebible que sería imaginar nuestras vidas sin ellos.

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METAMORPHOSIS | JOEL MILLER FANFICTION
(2023-2024)

Escrito por codfxrn

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Por mi estabilidad mental, no leeré los comentarios, si me van a caer a pedradas.  Así que, muchas gracias por leer, a pesar de tomarme demasiado tiempo en actualizar, la verdad es que no podía esperar para traerles el final.

Muchas gracias por acompañarme en una historia más, lqm.